The 7th Guest VR: PRIMERAS IMPRESIONES

Un esqueleto en el armario

Cuando un estudio deja probar su juego con tiempo, buena señal, y Vertigo Games nos proporcionó una demo de The 7th Guest VR hace casi un mes. Jugándola hemos podido comprobar con asombro como la transformación de una aventura gráfica en un escape room VR se ha producido con naturalidad y eficacia. Si estáis interesados verdaderamente en este título y queréis llegar "vírgenes", no hace falta que sigáis leyendo. A partir de aquí, texto y vídeos pueden revelar algunos enigmas que quizá prefiráis no conocer. 

Famoso en los años 90 por ser de las primeras en publicarse en CD-ROM y hacer uso intensivo de secuencias de video digital, el juego original de Trilobytes Games convertía al jugador en el séptimo invitado, o en un espíritu que le guiaba, a una macabra "fiesta" organizada por el fabricante de juguetes Henry Stauf.

En su mansión, ahora deshabitada, desaparecieron o murieron los 6 invitados que nos precedieron, y quizá también nosotros, porque parece que somos una entidad o fantasma con la capacidad de recuperar, mediante el uso de un mágico farol, recuerdos del pasado. Ni argumento ni jugabilidad nos van a sorprender por su originalidad, está claro, pero eso no importa cuando la propuesta funciona, y hasta vaya que sí lo hace.

A la casa llegaremos remando, físicamente, y una voz (en inglés, con subtítulos en español) nos enseñará cómo usar el farol y a resolver los primeros rompecabezas que nos permitirán acceder al interior de la mansión. Visualmente, la versión PC VR tiene unos gráficos lo suficientemente buenos para crear la atmósfera adecuada, aunque es patente que no se explota la capacidad de esta plataforma, que se está pensando en Quest. Cuando podamos probar este juego en ese sistema y en PSVR2, ya valoraremos sus diferencias.

La aparición de los seis invitados anteriores, en forma de holograma esotéricos, es la primera muestra de cómo ha evolucionado The 7th Guest VR, y la tecnología del mundo de los videojuegos en 30 años. Lo que antes eran actores reales registrados en vídeo con una resolución puntera para la época, ridículamente pixelada para nuestros ojos en la actualidad, ahora parecen ser modelos creados mediante captura de movimientos.

Las salas están llenas de rincones que invitan a ser explorados, de cuadros y objetos triviales que revelan un lado oscuro y siniestro al ser iluminados con el farol. También hay monedas escondidas a modo de trofeos o coleccionables. Nos encontramos muchas puertas cerradas, y otras que nos permiten acceder a las habitaciones en las que encontraremos los rompecabezas que tenemos que resolver.

Estos puzles son completamente nuevos o adaptados a la realidad virtual. De poco o nada os va a servir vuestra memoria su jugasteis a la aventura de los años 90. Se basan en la lógica y, al menos los primeros, no nos han parecido imposibles de resolver. Nos tocó pensar y repensar, nos atascamos una vez, y hay algunos en los que la solución es evidente, pero nos faltaba saber qué pasos dar o en qué orden para llegar a ella.

El primer gran desafío tiene que ver con uno de los invitados, un mago, por lo que nos tocará aprender a usar sombreros mágicos. Si metemos la mano en las chisteras no sacaremos ni palomas ni conejos blancos, funcionan como portales. Hay tres, combinarlas, saber dónde colocarlos y qué hacer son la clave.

También encontraremos un baúl cerrado mediante combinaciones visuales que esconde otro baúl, y otro, y otro. Nos tocará enfrentarnos al clásico truco de trileros para averiguar bajo qué taza se esconde una pieza clave, y a un baúl con un ojo cuya mirada inquisidora tendremos que evitar o cegar.

¿Y si nos atascamos en un puzle hay pistas? Podemos escoger si queremos ayuda o no, pero de necesitarla, esta tendrá un precio, se paga con las monedas o fichas que hay ocultas en el escenario, y algunas no son fáciles de localizar.

Mecánicas VR

Estamos ante un juego en primera persona, y del protagonista solo veremos las típicas manos flotantes, en este caso fantasmales y esqueléticas, por lo que está justificado que con ellas atravesemos los objetos. Sin embargo, estos tienen colisiones, son sólidos, así que punto positivo de cara a una mayor sensación de inmersión.

En el menú de opciones tenemos las básicas, poder desplazarnos con movimiento libre o teletransporte, usar giro suave o por grados, viñeta o no para evitar mareos, jugar sentados o de pie, mano dominante izquierda o derecha, volúmenes de audio y habilitar el sistema de pistas. Las voces en inglés, con subtítulos en ese mismo idioma, en francés, alemán o en español.

Conclusión

Teniendo en cuenta que solo hemos jugado media hora a de The 7th Guest VR, y únicamente a su tramo inicial, nuestras primeras impresiones son absolutamente entusiastas. Parece que estamos ante una magnífica aventura de misterio, ante otro escape room que en realidad virtual va a tener los suficientes ingredientes inmersivos de calidad de los que convencen a los exigentes amantes de la narrativa basada en rompecabezas.