Análisis de Aim Controller

17 MAY 2017  9:27

Harold

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Ergonomía y batería

El mando pistola es un controlador diseñado para dos manos que pueden empuñar tanto diestros como zurdos y que incluye los mismos botones y sticks analógicos que el DualShock 4, así como una bola en la parte frontal para lograr el posicionamiento absoluto del arma. Tanto los materiales como los acabados son de calidad y dan la sensación de robustez, a pesar de ser todo plásticos, incluido el gatillo.

 

 

Empuñar el arma resulta de lo más intuitivo y ergonómico, aunque se echa en falta una culata en algunos momentos que podría ayudar a mejorar más la precisión y a reducir el cansancio en partidas largas.

 

 

Ya sea para disparar desde la cadera o para acercarnos el arma para apuntar por la mira del arma virtual, todo lo haremos de manera natural, sin mayor problema.

 

 

Además, movernos con el stick delantero, recargar con el botón cuadrado de la parte trasera, o disparar nos resultará muy fácil, ya que todos los botones se encuentran accesibles sin tener que soltar del todo las manos de sus agarres, aunque es cierto que accionar al botón de opciones o compartir se hace un poco más difícil.

 

 

Jugar largas partidas con Aim no nos supondrá un enorme esfuerzo ni nos causará agujetas, aunque sí que es cierto que jugando de pie llegaremos a notar el cansancio horas después. El controlador Aim mide 44 cm de largo y 21 de alto, y tiene un peso de 493 gramos, superior, lógicamente, a los 217 gramos del gamepad o a los 137 de un controlador Move. Pero no se siente pesado, en parte también a que lo sujetamos con las dos manos.

 

 

Al igual que todos los controladores de PlayStation 4, Aim también incluye una batería recargable que tendremos que cargar a través del cable USB que viene con el gamepad, y que nos ofrecerá una autonomía a priori similar a la de los Move.