Hard Bullet: ANÁLISIS
3 JUN 2025 15:00

Violencia sandbox en primera persona, sin excusas ni tapujos. El juego de GexagonVR llega a Meta Quest 3 después de su acceso anticipado en Steam VR.
Una caja de juguetes... peligrosos
Hay juegos que vienen a contarte una historia. Otros quieren envolverte en su atmósfera, hacerte partícipe de una narrativa o de un mundo con reglas propias. Hard Bullet no pretende nada de eso. Aquí lo que importa es descargar adrenalina. Golpear, lanzar, atravesar y machacar gentuza. El juego no lo esconde, ni lo disimula y se vende como un simulador de violencia en estado puro, sin contexto, sin narrativa... y sin principios morales.
La propuesta es sencilla: pequeñas arenas cerradas y verticales repletas de objetos diseñados para convertirse en armas improvisadas y acabar con oleadas de soldados enemigos. Desde pistolas y cuchillos hasta ventiladores industriales, pinchos de pared o incluso el mobiliario del entorno. Cualquier cosa que puedas agarrar, lanzar o clavar sirve para el mismo fin: matar. El reto está en cómo hacerlo. Porque Hard Bullet pone el énfasis en cómo ejecutas cada acción. Usar al enemigo como escudo humano, estamparlo contra una máquina de picar carne o dispararle mientras gira en el aire siempre será más satisfactorio y divertido que hacerlo de forma convencional.
Aunque el título incluye varios modos de juego, todos comparten una misma base jugable: oleadas de enemigos en escenarios cerrados y repetitivos. No hay progresión, ni cambios de ritmo, ni objetivos variados. Todo se reduce a lo creativos que seamos a la hora de repartir violencia. El problema es que esa fórmula se agota con rapidez si no conectas con su espíritu de sandbox puro. Al igual que otros títulos del género como Blade & Sorcery, la diversión depende en gran parte de lo que tú como jugador seas capaz de inventar. Pero Hard Bullet se nota más limitado, desordenado, caótico y menos refinado.
Si hay algo que define al juego, son sus físicas. Todo el sistema gira en torno a la interacción con el entorno, y aunque en general hacen su papel, no funcionan tan bien nos gustaría. Los pesos no son realistas —hay objetos que parecen flotar, otros se sienten absurdamente pesados— y las armas de fuego, lejos de resultar contundentes, carecen de impacto. Títulos como Boneworks ya demostraron la importancia de que un sistema de físicas esté perfectamente integrado jugabilidad y aunque haya momentos divertidos, también hay muchos poco creíbles como ocurre en los populares Gorn y su secuela, Gorn 2. Propuestas más cerradas pero también mejor rematadas.
No, no puedes rebanar en pedazos esos trozos de carne colgados. La interacción con los niveles no es tan versátil.
Cuando la violencia no es suficiente
A nivel gráfico, el juego se ve bien en Meta Quest 3. La imagen es clara, con una definición más que aceptable, y el rendimiento es estable. Pero a medida que pasas tiempo en él, empiezas a notar una cierta frialdad. El mundo de Hard Bullet es una amalgama de assets genéricos y escenarios demasiado comunes. Modelados de personajes vistos centenares de veces, animaciones ortopédicas y efectos visuales pobres donde ni siquiera el gran protagonista, como es la sangre, sabe captar nuestra atención. Todo cumple y está en su sitio pero se nota vacío y sin alma.
Hard Bullet ofrece algunas opciones de personalización orientadas a ajustar la experiencia a nuestro gusto. Podemos modificar aspectos como el número de enemigos, su agresividad o activar y desactivar trampas. También existe un modo libre sin restricciones, con cierto margen para adaptar el juego a nuestro estilo y sobre todo trastear con él, algo que claramente es lo que busca. Y eso es justamente la gran baza del juego, ser un juguete en el que desafortunadamente se echa en falta una progresión o recompensas que motiven a seguir más allá del puro espectáculo visceral.
La cantidad de armas disponibles es enorme aunque no siempre se comportan como esperas.
Al final, los enemigos se sienten como muñecos sin alma, colocados allí solo para ser acribillados. Aunque en ocasiones Hard Bullet logra transportarnos a Matrix con su cámara lenta, sentirnos acróbatas balanceándonos por lámparas y poderosos utilizando cualquier cosa como arma arrojadiza, todo queda en un festival de violencia por y para el morbo. Es un buen escaparate de físicas y caos controlado, pero sin una estructura que lo sostenga en el tiempo.
Quizá Hard Bullet haya envejecido antes de salir. Fue hace un lustro cuando en ROV os hablamos del juego. Desde entonces hemos visto propuestas de todo tipo, mejores y peores, pero también cómo la tecnología ha crecido y madurado. Es por esto que la idea de GexagonVR es más atrayente por su sangría y su tiempo bala que por cómo llega a nuestros visores. Desde luego que si quieres participar en el enésimo juego de oleadas, esta vez de un modo más salvaje, no puedes dejarlo pasar pero si ya estás cansado de ello y buscas algo más pulido y refinado puede que este no sea tu lugar.
No lo hemos atravesado pero... aceptamos barco. AL menos vamos de Gordon Freeman por la vida.
Conclusión
Hard Bullet es directo, explícito y por momentos bastante divertido. Como experiencia puntual, funciona: es una buena válvula de escape para liberar tensiones en VR. Pero su enfoque limitado y su ejecución algo tosca hacen que el interés se diluya rápido siendo más un juguete con el que pasar un par de tardes a algo que realmente nos haga exprimirlo y volver a él.
Análisis realizado en Meta Quest 3 sobre la versión del juego 0.9.7
El Hombre de Arcilla
Visores
#1 3 JUN 2025 17:14
Totalmente de acuerdo con el análisis. Lo he comprado, porque el gore en los videojuegos me gusta, pero necesito un hilo argumental para disfrutarlo más de 5 minutos. Blade & Sorcery era y es muchísimo más disfrutable, tiene mazmorras que cambian ligeramente de partida en partida y te da una cierta sensación de progreso. Hard Bullet es literalmente dar brincos y correr mientras matas de formas creativas, las arenas son pequeñas y hay que jugar mucho para conseguir fluir e improvisar de la manera que el juego te exige. No soy ese tipo de jugador. Con un modo historia ir avanzando y masacrando puede ser genial, incluso con todas sus fallas en cuanto a variedad de enemigos, físicas extremas y salpicaduras de sangre planas, pero sin modo historia no creo que juegue mucho.