Colossal Cave: mini-ANÁLISIS

Un anticuado laberinto

Ser un producto tan importante para la industria conlleva una gran carga. La de soportar durante el paso de los años ser el referente de un género que ha crecido y evolucionado enormemente desde aquellas líneas de texto sobre fondo oscuro. Para los que no le conozcan estamos ante la versión remozada y puesta al día de lo que fue la aventura conversacional primigenia. Todo un honor tenerla de vuelta y comprobar si aquello que encandiló a millones de jugadores es capaz de, al menos, mantener viva su esencia para redescubrirla de un modo completamente distinto.

Pero yendo al grano, es algo que no consigue. Colossal Cave es un juego que se siente anticuado desde el propio inicio cuando unas letras sobre fondo negro nos ponen en situación de lo que ocurre y nos informan de su particular sistema de juego. Algo que comprendemos como un homenaje a sus orígenes pero también como una barrera de entrada que nos alerta de lo que tenemos frente a nosotros. Para esta ocasión se ha conservado el diseño de juego original mientras nos movemos por un entorno completamente tridimensional en primera persona.

La premisa es adentrarnos en la cueva que da nombre al título en busca de los tesoros que oculta con el objetivo de obtener una puntuación perfecta: los ansiados 350 puntos. Algo más complicado de lo que pudiera parecer ya que se nos penaliza por utilizar pistas o caer en combate, algo completamente aleatorio y sobre todo frustrante. Conservando los textos originales (en castellano con alguna que otra falla) y acompañado por un narrador anglosajón todo se siente demasiado arcaico. Incluyendo unas acciones que se realizan mediante cursor.

Obviamente es la antítesis de lo que ofrece la tecnología pero también la base jugable de este Colossal Cave. Incluso el modo de control recomendado basa su movimiento en pulsar un botón para el avance, algo que no aconsejamos en absoluto. Mejor el uso de los sticks para movernos a nuestro antojo... a velocidad tortuga, eso sí. Pero cuando se trata de interactuar no hay más opciones que tirar de punteros (cuál point and click tradicional) y navegar por sus menús para realizar acciones como abrir una puerta o utilizar cierto objeto.

La narrativa es innecesariamente descriptiva a día de hoy.

Leyenda desfasada

Además de contar con este dudoso sistema también debemos enfrentarnos a la lógica de sus rompecabezas y decisiones de diseño impropias de las aventuras más modernas. Muchas veces tocará probar conbinaciones de objetos para ver cual es el adecuado en cada situación y en la mayoría de casos no será el que esperamos. Buena suerte averiguando cómo apartar a la múltiples serpientes que bloquean nuestro paso. Y claro, cuando estamos desesperados buscando la solución llega el turno de los enanos.

Unos "simpáticos" personajes que aparecen aleatoriamente frente a nosotros (algún susto nos hemos llevado) para lanzar un hacha directa a nuestro entrecejo. No podemos hacer nada más que cruzar los dedos para que el enano falle. De no ser así vuelta al inicio, perdiendo puntos y alejándonos de obtener la puntuación perfecta. Al menos recorrer el mapa no nos llevará más de un par de horas. Una opción interesante es desvelarlo a nuestro paso y conservarlo para futuras runs o por el contrario partir de cero para complicar algo más su exploración en base a nuestra memoria.

Es complicado que la puesta al día de Cygnus Entertainment sea disfrutable por nuevos jugadores. Ahí radica su encanto pero también su gran error.

Sin duda lo mejor que ofrece Colossal Cave es la sensación de oscuridad de la cueva. Alumbrando nuestro camino con una linterna vemos como el negro de las pantallas OLED saca su mejor cara mientras nos sumergimos por los túneles rocosos con una buena sensación de escala. Eso sí, técnicamente el juego es muy discreto. Además de contar con unos modelados y texturas básicos, nos damos de bruces con una resolución de imagen muy mejorable. Los dientes de sierra bailan por doquier dejando una sensación, junto a lo ya mentado, de estar frente a un producto de otra época.

Es complicado que la puesta al día de Cygnus Entertainment sea disfrutable por nuevos jugadores. Aquellos que lo vivieron en su día (o al menos lo hayan catado posteriormente) puede que se encuentren como en casa y precisamente ese es su principal problema: no saber o no querer evolucionar una fórmula tan arcaica e importante para los videojuegos para adaptarla al público actual. Ahí radica su encanto pero también su gran error. Si os animáis a haceros con él se incluye la versión para PS5 y PS4. Más formas de adentrarse en esta oscura e importante cueva.

Probablemente el mejor escenario que veremos.

Conclusión

Es evidente que la clave del éxito que Colossal Cave ofreció hace ya demasiados años ha quedado caduca. Explorar su mundo no es apto para todos por mucho que quiera ser fiel a su esencia, pero también ha de comprender que la vigencia de su fórmula no es eterna. Las nuevas tecnologías exigen un diseño de juego, mecánicas e interacción que directamente no se ofrecen y se limita a transcribir lo que, para entonces, era un fascinante mundo descrito con palabras a un escenario tridimensional sin mucho interés y puzles que pueden desesperar a más de uno. Cuando nos deja indagar sus oscuros pasadizos gana interés a pesar de su escueta representación visual.  Pero se desmorona al olvidarse de la gestualidad para optar por iconos y menús que nos sacan de la experiencia haciendo que cueste demasiado sumergirnos en una cueva que lleva mucho tiempo dormida... pero que tampoco parece querer despertar en la realidad de un mundo moderno. 

Análisis realizado en PlayStation 5 con PSVR2 sobre la versión del juego 1.000.005