The Elder Scrolls V: Skyrim VR (PlayStation 4) - Análisis por Xergio

Análisis Skyrim VR

Antes de nada, aprovecho para saludar, que acabo de registrarme en la página tras leer muchos de los comentarios de diversos análisis y artículos. El motivo es dar mis impresiones sobre Skyrim VR para la gente que, como yo, no ha encontrado a día de hoy ningún análisis especializado sobre el juego. Supongo que sobra decir que aún no lo he acabado, pero como doy por hecho que la mayoría de los que nos adentramos en Skyrim en VR ya lo hicimos hace seis años sin las gafas, prefiero centrarme en las sensaciones que provoca el juego en esta versión. Así que allá vamos.
Lo primero que llama la atención, como ya se ha comentado, es la falta de nitidez general. No creo que nadie habituado a la VR se sorprenda por ello, aunque es de recibo decir que al ser un juego tan antiguo los gráficos no han envejecido demasiado bien. Siendo honestos, Skyrim no era ni mucho menos perfecto en su apartado visual ya por aquel entonces, sensación que se acrecienta cuando te acercas, por poner un ejemplo, a las texturas del suelo o las superficies de los muros de piedra. ¿Es imprescindible un apartado gráfico brutal para que todo luzca cómo debería? A nivel personal pienso que no, sobre todo porque tras el shock inicial de ver que a aquel juego que recordaba tan bonito -puñetera nostalgia...- se le ven las costuras por muchos sitios, empiezas a mirar a tu alrededor, a las montañas que se dibujan en la lejanía, a esa arboleda que te mueres por visitar... y los gráficos pasan a un segundo plano eclpisados por la sensación de que desde el primer momento tienes un mundo INMENSO para recorrer a tu antojo.
Para que os hagáis una idea, he tardado diez horas en llegar a Carrera Blanca. Diez horas que he pasado explorando cuevas, minas, cumpliendo encargos secundarios, haciéndome al control de los moves -ni he tocado el DS4, por cierto- y sin parar de repetirme, a pesar de la falta de nitidez, lo increíble que es vivir dentro de Skyrim, salir de una mazmorra para encontrarte en una cima nevada, contemplar los paisajes de luna roja y auroras boreales que antaño vi en una pantalla y hoy puedo ver como si estuviese allí. Para mí, es auténtica magia.
El control con los moves, pese a que al principio se me hizo algo cuesta arriba -venía de jugar al Solus Project, donde los giros de cámara se hacen con los mismos botones pero en el mando izquierdo-, al final me ha acabado pareciendo sublime, pese a que de vez en cuando falla la detección de movimiento. Mención aparte para el arco. ¿Decís que os cuesta apuntar? El propio juego os está diciendo cómo hacerlo bien. Probad a tensar y cerrar un ojo sobre la flecha cómo lo haríais con un arco de verdad, ya veréis como pronto estáis acertando a conejos en plena carrera y corrigiendo la caída de las flechas con solo alzar un poco más vuestro mando. Llevo desde los tiempos de la Atari jugando a videojuegos, y puedo aseguraros que pocas cosas en todos estos años me han resultado tan satisfactorias como adentrarme en una cueva llena de nigromantes con mi arco en una mano y eliminándolos sigilosamente. Impagable.
Quizá el manejo de las armas cuerpo a cuerpo es un poco más complicado, pero por falta de costumbre. No me ha costado demasiado hacerme a la rutina de cubrirme con el escudo para parar los golpes y después contraatacar con mi hacha o espada. Eso sí, no hay que golpear a lo loco. Primero porque la barra de resistencia nos durará un suspiro en los primeros compases del juego hasta que subamos su nivel, pero también porque de este modo no tendremos la precisión necesaria para alcanzar a los enemigos cómo debemos. Son combates lentos, de girar alrededor de los enemigos esperando el momento de atacar. Con un poco de paciencia, os sentiréis mucho más cómodos al pelear, y en nada estaréis combatiendo como si vuestros moves fuesen en realidad ese escudo y esa espada que veis.
Como puntos negativos, cabe destacar que muchos de los bugs que tenía Skyrim ya en su primer lanzamiento siguen aquí presentes: objetos que flotan en la nada, NPC's que se quedan atascados en caminos y nos impiden completar alguna misión, vetas de arcilla que, inexplicablemente, nos llenan el inventario de 500 unidades y nos obliga a cargar una partida guardada porque sigue haciéndolo aunque nos deshagamos de ellas... Nada que a ningún jugador de Oblivion o Skyrim le suene raro, pero que a estas alturas, y más sabiendo que el año pasado salieron las Special Editions para Xbox One y PS4, Bethesda podía haber solucionado, porque es cierto que ver una espada flotando a un metro de su soporte puede resultar hasta gracioso si lo vemos en la televisión, pero aquí es un fallo que le resta mucha inmersión a la experiencia.
Otra cosa que podía haberse trabajado más es el mapeado de botones para los move, que salvo en poder elegir si somos diestos o zurdos y si queremos jugar en modo libre o teletransporte (en cuanto a opciones de personalización para sentirnos cómodos con las gafas un diez, por cierto, que podemos tocar muchas opciones) no nos permite personalizar de ningún modo su situación, derivando en que acciones como pasar de arco a espada, por poner un ejemplo, deba hacerse eligiendo ambas cosas como favoritos, entrando en el menú y seleccionándolos de ese modo, lo que resta dinamismo a los combates.
Tampoco podemos, en modo move (algo que imagino que con el DS4 estará solventado gracias a los sticks) elegir la velocidad con la que nos movemos por Skyrim. O andamos o nos agachamos en modo sigilo y avanzamos algo más despacio. Esto no es achacable al juego en sí, aunque bien es cierto que pide a gritos algún tipo de mando de movimiento con stick, cosa que Sony debería haber previsto con algún modelo nuevo o modificación de los move. Pequeño tirón de orejas por ese lado.
Pero creo que con lo que os he contado poco más cabe añadir. Estamos ante un juego de cientos de horas, adaptado de forma notable a la VR si tenemos en cuenta sus limitaciones actuales y, esperemos, un modelo a seguir para otras compañías a la hora de encarar el desarrollo o adaptación de algunas de sus franquicias.
Por mi parte, y siempre dejando claro que es mi opinión personal, creo que las 200 horas que pasé en Skyrim en su versión Xbox 360 se van a quedar en pocas viendo lo que se avecina.
Espero haberos sido de ayuda :D

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