Stilt: ANÁLISIS

Eduardo manosmuelles

Desafortunadamente el protagonista no se llama tal que así, pero nos sirve para ejemplificar de forma clara de qué va el asunto. Como buenos extraterrestres que somos viajábamos de forma apacible por el espacio hasta que un gigantesco pulpo de un ojo, o algo parecido, nos atrapó en pleno vuelo convirtiendo nuestro medio de transporte en su juguete favorito. Por suerte conseguimos escapar pero para poder salir del planeta en el que acabamos toca subir hasta lo alto de la montaña en la que habita tal criatura para recuperar la nave y salir de allí.

Stilt ofrece un tradicional desarrollo extraído directamente de los populares plataformas 3D de la época de los 32 y 64 bits. Mundos en los que recolectar sellos y regalos que desbloquean el acceso al siguiente a través de un área central tras conseguir los requisitos necesarios. Cinco zonas divididas en cuatro niveles por cada uno que garantizan más de media docena de horas que se prolongan en base a nuestra habilidad. Bien para conseguir todo lo que esconde o simplemente superar los niveles, porque si buscamos un buen reto aquí lo vamos a encontrar.

Pero sin duda lo que ofrece el título de Rekt Games es un inteligente diseño de niveles, el corazón de cualquier plataformas pero a su vez lo más complicado de llevar a cabo. Todo pensado para que, obviamente, se adapte a nuestro peculiar modo de avanzar: a base saltos. Cada una de nuestra manos equivale a uno de los muelles del protagonista y reaccionan fielmente en pantalla. Si extendemos los brazos hacia el suelo nos mantendremos en pie y simulando el caminar con ellos lo haremos en el juego así como agarrarse.

Ahora bien, lo interesante del asunto es ir saltando de aquí para allá midiendo el impulso, con ambos brazos o sólo uno, para caer en la plataforma correctamente, haciéndolo horizontal para llegar más lejos o vertical para alcanzar zonas elevadas. Y funciona muy bien. Más allá del evidente cansancio físico (no es Beat the Beats pero preparaos para sudar) es sorprendente cómo la realidad virtual nos permite orientarnos y ubicarnos mientras saltamos para caer con precisión justo donde queremos. Todo depende de nuestro impulso físico y de forma completamente natural funciona a la primera.

Los lanzamisiles se recargan al tocar el suelo y la hélice nos permite cruzar amplias distancias.

Armando esos brazos

Para dar variedad al asunto, en Stilt ofrece diferentes potenciadores repartidos por los niveles. Lanza misiles, hélices para planear, imanes para atraer sellos, propulsores... un buen número de posibilidades que se aplican al brazo con el que se recogió, lo que permite combinarlos como gustemos al recoger otro con el brazo contrario. ¿Prefieres dos propulsores? ¿Una hélice y un gancho para llegar más lejos? No son imprescindibles para conseguir todos sus coleccionables o superar las fases pero sí una gran ayuda si no somos tan hábiles brincadores.

Pero claro, también pululan enemigos por su  mundo y aunque no dejan de ser un añadido para molestar, al recibir daño perdemos dichos potenciadores. También un corazón de vitalidad de los tres disponibles. Y sí, al perderlos todos caemos en combate. Pero también de forma muy interesante en lugar de penalizarnos con reiniciar el nivel se nos ofrecen dos posibilidades, además del reinicio: continuar desde un checkpoint con o sin potenciadores a cambio de sellos. Nosotros elegimos si preferimos perder sellos o comenzar desde el principio.

Es sorprendente cómo la realidad virtual nos permite orientarnos y ubicarnos mientras saltamos para caer con precisión justo donde queremos.

Cada nivel puede suponer de cinco a quince minutos superarlo. Todo dependerá de cómo de directos y hábiles somos. Porque además de encontrar tres regalos ocultos, los dos restantes del nivel se obtienen por sellos recogidos y velocidad por completarlo. Por esto mismo hay que andarse con ojo al optar por revivir en los checkpoints. Además el regalo por tiempo exige rejugar el nivel yendo al grano. Y es que a pesar de contar con un camino lineal para llegar a la meta, la cantidad de pequeñas zonas de recolección, obstáculos y salas de bonus nos hará entretenernos más de la cuenta.

Las salas de bonus nos han recordado sobremanera a lo que encontrábamos en la saga Donkey Kong Contry para conseguir las monedas DK. Pruebas contrarreloj recogiendo objetos, activando interruptores u otras más sin la presión del tiempo esquivando obstáculos de pinchos o completando algunos puzles. Estas salas solo serán descubiertas por los más avispados, ocultas en partes aparentemente inaccesibles o escondidas tras muros móviles. Hay laberintos y todo tipo de plataformas: unas nubes que se desvanecen, otras móviles e incluso ladrillos que se rompen al pisarlos.

Puede parecer complicado pero cada vez seremos más versátiles y precisos a la hora de jugar.

Mucho gusto y buen hacer

Desde el primer momento sentimos que Stilt, a pesar de su origen indie, apuesta por ofrecer una jugabilidad pulida hasta decir basta. Y eso se nota con la precisión de los controles y su sencillez pero sobre todo, como decíamos, con el buen hacer plataformero. A cada paso nos encontramos un nuevo tipo de salto u obstáculo para afrontar unos niveles cada vez más exigentes que nos pondrán a prueba en resistencia física y de habilidad. Cada paso requiere mayor precisión y cuidado convirtiéndole en uno de los juegos de plataformas más inspirados que recordamos más allá de la realidad virtual.

Además de mostrar una nitidez de imagen ejemplar sin reproyección, algo también comprensible por su justo apartado gráfico, se preocupa por ofrecer un redondeado aspecto de todos sus elementos efectos de distorsión en nubes y shaders pero también una fluidez estupenda clave para su gameplay. Si bien es cierto que ofrece varios entornos gráficos, todos se asemejan demasiado a la hora de la verdad por sus estructura de plataformas flotantes principalmente rodeadas por la nada, arenas movedizas o agua en su defecto.

Cada paso requiere mayor precisión y cuidado convirtiéndole en uno de los juegos de plataformas más inspirados que recordamos más allá de la realidad virtual

Un sutil pero importantísimo detalle es que cada pisada se acompaña de una ligera vibración ayudándonos a saber cuando estamos tocando tierra y poder realizar el siguiente impulso. Por contra no utiliza los gatillos adaptativos ni funciones de vibración avanzada, algo que mejoraría esas sensaciones en los saltos y la multitud de potenciadores que ofrece. Del mismo modo que aquí hay margen de mejora también lo hay en un desarrollo donde se agradecerían enemigos finales, no necesariamente con enfrentamientos directos, o algún que otro quehacer en un overworld que tan sólo sirve para ir de un nivel a otro.

Pero si eso es lo que buscamos también contamos con un modo online donde enfrentarnos a otro jugador en zonas cerradas para eliminarlo. Una opción que esperamos probar una vez el juego salga a la venta ya que de momento únicamente hemos podido cambiar el color del protagonista por la ausencia de bots, algo que le vendría bien para darle mayor variedad a la oferta individual. Eso sí, hemos podido dar una vuelta por un lobby que bien podría ser un nivel más donde encontramos toda clase de ambientaciones, obstáculos y potenciadores para juguetear mientras esperamos.

La sensación de vértigo y profundidad es fantástica. Y no marea aunque contamos con las opciones habituales para suavizarlo.

Conclusión

Stilt nos ha encantado. Un plataformas solo posible en realidad virtual que dedica todo su esfuerzo en ofrecer una jugabilidad estupenda y precisa a la que se le saca todo el partido posible con un diseño de niveles excelente. Lo potenciadores aumentan sus posibilidades y son sólo una ayuda para facilitarnos la vida a la hora de superar una retadora propuesta repleta de coleccionables como antaño. Puede que eso sea un obstáculo para los menos hábiles, al igual que la exigencia física, pero sin duda hará las delicias de los que busquen un plataformas como pocos hemos visto.

Análisis realizado en PlayStation 5 con PSVR2 sobre la versión del juego 1.0.0