Drop Dead: The Cabin - ANÁLISIS

Una cabaña y cientos de muertos vivientes

La premisa de Drop Dead: The Cabin es simple: Nos encontramos en una cabaña a oscuras y deberemos sobrevivir a oleadas de muertos vivientes que han escapado de un experimento fallido del laboratorio del doctor Monday. En el género del survival horror echábamos de menos una propuesta como esta, que nos recuerda a otros títulos planos como Dead by Daylight debido a su sistema de supervivencia y su vertiente multijugador. El videojuego también nos ha recordado a la modalidad de zombis de la saga Call of Duty, y sin duda esta nueva entrega de la saga Drop Dead se ha convertido en una de las más divertidas del año hasta el momento para realidad virtual, ya sea para jugar individualmente o con amigos.

Nuestra misión en Drop Dead: The Cabin será ir eliminando hordas de enemigos mientras intentamos reactivar la electricidad para pedir ayuda al exterior. Nuestro principal objetivo y método de supervivencia será reunir suministros y hacer de nuestro refugio un fortín inexpugnable. La ausencia de historia o el poco trabajo que hay en ella no es un punto importante, ya que la diversión aquí viene dada por las sensaciones que tendremos a los mandos y por la cooperación con otras personas en su modalidad cooperativa. Deberemos trabajar juntos para sobrevivir, y sin duda es uno de los puntos fuertes del juego.

Un bucle jugable que te atrapa

Una vez expuesta la ausencia de una trama de peso, todo se centra en su jugabilidad. No es una fórmula nueva (ya la hemos visto en varias ocasiones en otros juegos), pero sí es una propuesta innovadora para realidad virtual. Su bucle jugable consistirá en ir lanzando oleadas de no muertos frente a los que tendremos que sobrevivir. Quedarnos a esperarlos en la cabaña será una auténtica utopía, y la base de nuestra supervivencia será ir explorando el escenario para ampliar el mapa y tener acceso a nuevas localizaciones, armas y todo tipo de elementos que puedan inclinar la balanza a nuestro favor en esta propuesta de supervivencia y acción. Contaremos con un reloj de muñeca en el que podremos comprobar los puntos que llevamos durante la partida, que se incrementarán a medida  que vamos eliminando enemigos. Estos puntos se llaman Puntos de Investigación, y podremos invertirlos en abrir puertas y contenedores para acceder a nuevas áreas y objetos. En el reloj también podremos visualizar nuestra salud y el tiempo restante para que llegue nuestro rescate.

Sobrevivir en este entorno hostil dependerá de si somos capaces de mantener encendidos los generadores de electricidad o no. Repartido por todo el mapa, encontraremos combustible que en cada partida aparecerá en diferentes localizaciones de forma aleatoria. El riesgo / recompensa de buscar ese combustible será alto, y si queremos ver la luz del día tendremos que movernos y cooperar para mantener a raya a los enemigos, y sobre todo a los apagones que nos dejarán sin opciones. Cada oleada no constará de un número determinado de enemigos a aniquilar, sino que un contador de tiempo indicará el lapso de minutos que tendremos que aguantar hasta la siguiente. A los mandos, Drop Dead: The Cabin es una de las propuestas más divertidas a las que hemos jugado a lo largo de este 2023 y supone un gran acierto si nos atrae el género.

El juego incluye cierta progresión, ya que conforme vayamos jugando partidas podremos subir de nivel e ir desbloqueando nuevas armas si conseguimos que el rescate forestal llegue a tiempo y nos saque del bosque. También tendremos mayor conocimiento sobre el mapa y más habilidades que nos permitirán superar con un mayor éxito las sucesivas partidas a las que juguemos. Al igual que en el resto de títulos para realidad virtual del género, tendremos un botón para movernos y otro para girar (pudiendo ajustar la sensibilidad del giro). Podremos guardar nuestras armas en la cadera o la espalda, y tendremos la opción de compartir munición con un compañero si jugamos en cooperativo. Existen tanto armas de fuego como armas cuerpo a cuerpo, y la física de todas ellas se ha trabajado de forma muy satisfactoria. Cuando empuñemos por ejemplo un hacha, realmente sentiremos que al golpear al zombi estamos propinándole un buen golpe, y los efectos de sonido junto con estas físicas ayudan a sentir el peso de cada arma y sus efectos en los enemigos. Cada arma se siente diferente y nos veremos habitualmente cambiando de unas a otras para comprobar que, efectivamente, cada una es un mundo y aporta frescura al gameplay, contando las armas de fuego con un excelente apuntado. 

Pero no es oro todo lo que reluce, ya que el título cuenta únicamente con un mapa y a la larga se nos puede hacer repetitivo el entorno. Los enemigos, pese a ser variados, también nos producirán esa sensación de "a este tío ya lo he matado quinientas veces". Y lo mismo pasa con la propuesta jugable. Es un título pensado para partidas cortas y no para largas sesiones de juego, ya que solo hay una modalidad jugable y si quemamos su propuesta se nos terminará haciendo aburrida, pese a la generación procedimental del escenario. Echamos de menos más variantes de juegos que podrían haber redondeado este adictivo título.

Drop Dead: The Cabin gana enteros si jugamos en cooperativo, e incluye mecánicas únicas para aprovechar en este modo de juego, como poder compartir munición lanzándonos de unos a otros o reanimar a nuestro compañero caído. Es un juego que se puede disfrutar satisfactoriamente en su modo individual, pero que es mucho más divertido si jugamos con un amigo en su modo de hasta 2 jugadores. 

Gráficamente apuesta por la tecnología

Gráficamente, pese a no tener las mejores animaciones vistas en un título de realidad virtual, apuesta por implementar los últimos avances tecnológicos de la plataforma. Al igual que ya hizo Green Hell VR, aplica la técnica spacewarp para poder ofrecer unos gráficos más elevados que el título medio de Quest 2. La implementación de esta tecnología se ha realizado con mucho acierto, e incluso logra sobresalir por encima de otros títulos en este sentido. La inclusión de spacewarp no produce latencia en el movimiento del personaje, como sí ha pasado con otros títulos en los que se ha aplicado en Quest. A destacar también el uso de la iluminación, que juega con la reparación de los generadores y con esos claros y sombras para aumentar nuestra sensación de incertidumbre o de alivio dependiendo del nivel de iluminación que nos rodea. El sistema de luz también afecta al comportamiento de las oleadas, siendo éstas más rápidas y difíciles de ver cuanto menos luz existe en el escenario.

La ambientación es otro de los puntos que destaca en este Drop Dead: The Cabin, que realmente nos hace sentir la inquietud e intranquilidad de estar en una cabaña a oscuras por la noche frente a lo desconocido. Lo que no ha terminado de convencernos ha sido que si jugamos con un amigo veremos su avatar de Meta en lugar de tener personajes ya creados, como sí sucede por ejemplo durante las partidas de After the Fall. La verdad es que jugar junto a un monigote partidas frente a hordas de zombis realistas no es que ayude a integrarnos dentro de su propuesta de terror y angustia. 

El diseño de sonido es otro de sus puntos positivos y raya a un gran nivel. Los impactos de las armas y de los golpes recibidos por los enemigos hacen que realmente estemos dentro de la propuesta desde el primer minuto. La banda sonora sabe adaptarse a cada situación jugable, y mantiene una tensión que no se nos quita de la cabeza durante toda la partida. El título llega completamente traducido al español, con todos los menús e interfaces traducidos a nuestro idioma con subtítulos, lo que es de agradecer pese a que no sea una propuesta centrada en su narrativa. 

Conclusión

Drop Dead: The Cabin es una excelente propuesta para jugar en cooperativo si nos atrae el género de oleadas y zombis. Una gran jugabilidad y un apartado gráfico y sonoro muy inmersivos logran que no dejemos de sentirnos en tensión y divertirnos al mismo tiempo. Lástima que no incluya más modos de juego y escenarios que habrían redondeado una propuesta que sobresale en realidad virtual en lo que llevamos de este 2023. Se disfruta igualmente en solitario, pero recomendamos la experiencia cooperativa. 

El juego ha sido analizado en Quest 2.