Raccoon Lagoon: ANÁLISIS

26 AGO 2019  14:00

Cdaked

13

Espíritu, tienes trabajo

Nuestro avatar

El juego empieza cuando nosotros, como espíritu de la isla de los Nyms, despertamos muchos años después en nuestro templo en la playa.

 

 

Podremos editar nuestro avatar, al que podremos conseguirle nuevos abalorios, como recompensas, cuando terminemos del todo algunas tareas.

El juego no tiene teletransporte, todo va por movimiento libre o en escala de habitación; os habréis fijado que no tenemos piernas; además, es que flotamos pegados al terreno, lo que es un tanto raro; nos dará la impresión que circulamos por la isla deslizándonos sentados. Los desarrolladores lo consideran adecuado, para que nos sea más fácil recoger cosas del suelo, pero te ves hundido en el terreno.

El tutorial

Una empalagosa voz femenina, cargada de expresiones de falsa sorpresa y diminutivos, nos explicará, como si fuéramos niños pequeños y no muy espabilados, hasta lo más sencillo que tengamos que realizar; vale que es un tutorial, pero este trato no creo que guste a nadie, ni siquiera a los niños. Lo primero que nos enseñará es a movernos (también lo veréis en el menú).

 

 

Y nos enseñará también que las criaturas nos pagan los favores con cosas o bien amor (el juego es un poco ñoño y cursi, que le vamos a hacer). La voz nos guiará hasta que nos familiaricemos con las diferentes mecánicas y nuestra recompensa será que la oigamos cada vez menos.

La "magia del amor"

 

La magia del juego es el amor, en forma de corazones que nos darán los habitantes de la isla, en agradecimiento por nuestra ayuda. No esperéis siempre grandes muestras de afecto; os pueden dar otras cosas más mundanas.

Las estatuas

 

Las estatuas están deprimidas y rotas tras los años de abandono. Solo una inyección de amor podrá recomponerlas y hacer que nos abran paso a nuevas zonas de la Isla, lo que nos costará de entre uno a quince corazones; ya nos valdrá que hagamos muchos favores.

Tras conseguir un corazón, dándole un pez a una gaviota, podremos usar nuestra primera estatua para abrirnos paso a la zona del puerto de pescadores.

Inventario

 

La tableta es nuestro inventario e indicador del progreso del día. La encontraremos nada más entrar en el puerto. Tiene tres secciones, cada una con veinte espacios de inventario para objetos. Podemos acumular hasta cien del mismo tipo en un mismo espacio, pero algunos objetos necesitan todo un espacio para ellos, sin embargo, tal vez por ser inmaterial, cualquier cantidad de amor cabe en un solo espacio, como mínimo hemos llegado a tener más de doscientos corazones en un hueco.

La tableta nos indicará cuanto tiempo del día ha pasado: en su parte superior, para que no nos pille desprevenidos la gran tormenta con la que termina. Un día de juego equivale a veinte minutos reales. 

Todas las herramientas que tengamos siempre se pueden recuperar de sus iconos en la paleta.

 


Más adelante, podremos obtener cofres,  que amplían nuestro inventario con dieciséis huecos más; incluso permiten guardar cofres dentro de otros cofres;  una gran cantidad de espacio que nos hará falta.

Tanto los cofres como su contenido estarán a salvo de los ladrones. 

Recolección

En este juego es básico que recolectemos absolutamente todos los recursos que veamos, como si no hubiera un mañana. En un principio, solo podemos recoger las cosas del suelo o bien agitar los árboles para que dejen caer lo que esté en su copa.

 

El uso de las herramientas está muy logrado y aprovecha bien que estemos en realidad virtual.

 

Pero más adelante podemos talar árboles, pescar, minar minerales, intercambiar cosas con criaturas o en tiendas (la economía está basada en el trueque de objetos), sembrar y cosechar, hasta cocinar diferentes platos. También podemos conseguir cosas de maneras menos evidentes, que os dejamos que averigüéis.

Un accidentado retorno

 

En el puerto descubrimos la posible causa de que hayamos despertado; los Nyms han vuelto a la isla, pero su barco terminará por naufragar debido a la tormenta, quedando una vez más a nuestro cargo, más necesitados que nunca; hambrientos, con sus animales colgados de los árboles e incluso aprisionados bajo rocas.

Nyms y animalitos varios

Nyms al completo, de izquierda a derecha: Blanche, la granjera; Woodrow, el carpintero;
Boon, el tratante de curiosidades; Salty, el pescador; 
Samanthony, la exploradora;

Sparks, el minero; Pinter: la pintora; Olive, la Chef; y Dappy, el sastre.

 

Cada uno de los nueve Nyms tiene un oficio diferente. Tendremos que cubrir sus necesidades y abrirles paso por las zonas abandonadas, donde los desprendimientos y la lava solidificada les impiden realizar sus actividades; deberemos ayudarles a construir y ampliar sus edificios y tiendas, equiparles según su actividad e ir atendiendo a todas sus peticiones, lo cual es básico para conseguir lo necesario para avanzar en la aventura. El resto de animales suele intercambiarnos una cosa por otra y, salvo en algunos casos, no valdrá la pena. 

Hay que tratar bien a todos los animalitos, o nos dejarán una buena cantidad de "Popó", como recordatorio de lo mal que nos hemos portado en este juego tan naif. Mecachis.

 

"Popó recriminatorio", que no se puede eliminar y que, mágicamente, se mantiene a la vista.

 

A pesar de lo pesados que llegan a ser y que ya estaremos bastante quemados con la "dulce vocecita" en off, tendremos que usar parte de la paciencia que gastaremos pescando en no intentar golpearles, ni siquiera accidentalmente; lo que es fácil, porque siempre se ponen en medio para machacarnos con sus peticiones; sino, nos quedará una isla llena de excrementos por todas partes y quedará fatal con las visitas; recordad que este juego es multijugador, multiplataforma y crossbuy en la tienda de oculus.

Tormentas

 

Las tormentas son espectaculares: llueve, el cielo nublado se llena de rayos y relámpagos, el mar se encrespa y choca violentamente contra las rocas, los arboles son barridos por el viento y tanto animales como Nyms se aterrorizan. Se producen al terminar el día, o sea, cada veinte minutos reales; reiniciarán tanto los peligros, como los recursos de la isla, por lo que, mágicamente, reaparecen tanto vetas de minerales como árboles, aunque lo que podemos obtener de ellos variará. Los indicadores del ciclo del día, en la tableta y, más tarde, también en lo alto de la torre del ayuntamiento, nos avisarán de lo que falta para la gran tormenta de reinicio del día; tras oír un potente trueno, en unos instantes todo se reiniciará tras un fundido a negro, que nos dejará a ciegas varios segundos; nuestros objetos no guardados desaparecerán; pero podremos ir a recogerlos al buzón de objetos perdidos, al lado de la entrada al futuro ayuntamiento de la comarca.

Las herramientas

En la parte superior de la paleta tenéis el indicador de transcurso de día y los iconos de las herramientas, desde donde las podréis coger siempre, estuvieran donde estuvieran.

 

Son: hacha, piqueta de minero, caña de pescar, regadera, brocha y boomerang. Algunas tienen más de una función, como descubriréis, y tienen hasta dos mejoras de potencia, que compraremos por cinco y después quince corazones.

Las dejemos donde las dejemos, siempre podremos recuperarlas directamente de la tableta.

Su uso está muy bien conseguido, aprovechando las posibilidades de la realidad virtual.

Los mapaches

Los mapaches (raccoons en inglés) que dan título al juego (Laguna de los mapaches), siempre han tenido fama de ladrones; parece ser que los animalitos ciertamente son agresivos y se llevan lo que pueden, solo les ha faltado tener esas manchas oscuras alrededor de los ojos, como un antifaz. Hasta el de Guardianes de la Galaxia, Rocket, sigue ese patrón.

 

A nadie le gusta que le roben, aunque solo sea una manzana. Si lleváis todo en los cofres, los mapaches no sabrán que hacer e incluso podremos acercarnos a ellos sin problema.

 

Campan a sus anchas fuera de la cala y la comarca. La música del juego cambiará a una de "malo al acecho" de dibujos animados en cuanto nos detecten y vengan a por nosotros; oiremos una especie de tintineo, cada más cercano, que nos avisará de por donde nos llegan y a que distancia están, si es que aún no los hemos visto; si no los "disuadimos" reiteradamente con la piqueta o el boomerang y llegan lo bastante cerca, nos cogerán un objeto de nuestra tableta con la boca, supuestamente al azar, y si huyen con él ya no lo volveremos a ver; esto añade un cierto grado de inquietud a nuestra aventura, ya no tan idílica; algunos objetos son bastante difíciles de conseguir (incluso únicos) y hay que tener en cuenta que suele haber dos mapaches por zona y que reaparecen desde determinados puntos, de los que más vale que nos alejemos si nos atrapa el final del día, ya que nos quedaríamos a oscuras por un buen rato, durante el cual los mapaches seguirían atacando. Pueden atacar dos por zona a la vez, incluso venir alguno más de otra zona, si estamos entre dos.

Hemos descubierto que los mapaches no roban cofres o su contenido. Si tenemos todo en cofres, ni siquiera vienen a atacarnos. Pero es un engorro estar usando los cofres en todo momento y siempre tendremos objetos recién recogidos, sueltos en la tableta o que no se puedan guardar en cofres.

Las misiones

Ayudaremos a las criaturas cocinando recetas o entregándoles una cantidad determinada de uno o más tipos de recursos para, por ejemplo, construir edificaciones, mejorarlas o mejorar sus productos. Otras veces tendremos que ayudar en algo concreto, como retirar un estorbo o recuperar algún objeto perdido y más o menos escondido en alguna zona.

También está la misión principal: devolver la felicidad a la isla. Pero tranquilos, el juego seguirá y seguirá mucho después que salga el final y los créditos; el juego tiene una cantidad ingente de contenido y si lo que buscáis son horas de juego, sin duda este es una buena opción.
Conocemos gente que dice llevar más de ochenta horas reales de juego. Nosotros tenemos una partida de 123 días virtuales, que son 41 horas, no hemos decorado nada y estamos seguros que queda aún juego. 

Decorar la isla

Podemos recoger o comprar todo tipo de decoraciones: suelos, mesas, sillas, lámparas, etc. y colocarlas en cualquier lugar, por lo que podemos dejarnos la isla a nuestro gusto y enseñarla a las visitas.

También podemos pintar esos objetos con pintura y nuestra brocha, incluso por zonas.

El modo multijugador

 

No podemos ir siguiendo la historia junto a otro jugador; pero podemos invitarle a que recoja recursos en nuestra isla, que compartirá con nosotros. Por lo demás, será como si estuviera de visita; nosotros también podemos visitar de igual manera las islas de nuestros amigos. El problema será que el rendimiento empeorará. Encima, parece que si el invitado hace trastadas a las criaturas, el Popó se quedará en nuestra isla, a ver a quien invitáis.

 

Pero ¿qué tal se siente el ir por la isla?

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7