Análisis de la versión comercial de Oculus Rift

Embalaje

El DK1 de Oculus venía en un maletín de transporte que gustó mucho a los compradores, pero la llegada del DK2 nos dejó a todos decepcionados al venir en una sencilla caja de cartón. Sí, es algo que no tiene la mayor importancia ya que, al fin y al cabo, la caja siempre termina olvidada en algún rincón y lo más importante, igual que en las personas, es el interior. Pero en esta ocasión, para su primer producto comercial, Oculus ha decidido vestir el Rift con un envoltorio de lujo, algo que sea capaz de hablar por sí mismo de la calidad del producto que descansa en su interior a la espera de ser abierto. La caja del Rift, de color negro y con un tacto muy suave y agradable, viene envuelta en un cartón blanco con una imagen del dispositivo en la parte delantera y un desglose del contenido en el reverso, donde vemos los cuatro dispositivos incluidos en el pack: el propio Rift, el sensor de movimiento, el mando a distancia denominado Oculus Remote y un controlador inalámbrico de Xbox One con su correspondiente receptor para PC. Por cierto, el logotipo de Windows es el único que aparece en la caja, ya que Oculus ha dejado claro que su prioridad es centrarse en este sistema operativo, quedando aparcada de momento la compatibilidad con Mac y Linux, que sí contaban con soporte en el DK1 y DK2.

Debajo podemos ver imágenes de los tres títulos incluidos: EVE Valkyrie, Lucky’s Tale y Farlands, de los que hablaremos próximamente con más detalle. Como nota curiosa, observamos que un par de líneas de los textos en castellano de la caja aparecen totalmente cortados en el último carácter.

Si nuestro Rift es de la edición de Kickstarter, lo sabremos por dos razones: una, porque no nos ha costado ni un céntimo, y otra, por una pegatina de color verde en una esquina de la caja y una tarjeta en su interior en la que Palmer Luckey, Brendan Iribe, Nate Mitchell y Michael Antonov nos dan las gracias por apoyar la campaña.

Una vez retirado el cartón blanco, tenemos ante nosotros la caja en sí, de color negro, con un asa de cuerda en la parte superior y el logotipo de Oculus como única decoración. La apertura se realiza desde la zona donde se encuentra el asa, tendremos que tirar ligeramente para vencer la fuerza del cierre magnético y dejar al descubierto el contenido.