Análisis del Oculus Rift DK2

6 AGO 2014  8:58

Juanlo

91

Elite Dangerous

Este título de Frontier Developments se merece su propio artículo, pero a modo de aperitivo podemos comentar que es sin duda el mejor juego disponible en la actualidad para el DK2, a pesar de que la beta que hay en el momento de publicar este artículo, la 1.03, está basada en el SDK 0.3 de Oculus.

 

Cabina virtual en Elite Dangerous

Cabina virtual de Elite Dangerous

 

Y es que dentro de una cabina es donde más partido le vamos a sacar al posicionamiento absoluto. En Elite Dangerous vemos el cuerpo de nuestro piloto en su asiento, con las manos en la misma posicion que las nuestras si utilizamos un HOTAS. El poder mover la cabeza en el asiento para escrutinar hasta el último rincón de la cabina no tiene parangón. Era algo que necesitábamos poder hacer con el DK1 y por fin lo hemos conseguido en este nuevo Oculus Rift.

 

El sangrado no es problemático en esta versión de Elite Dangerous, en contra de lo que esperábamos, no parece afectar a la sutil iluminación de la cabina ni a los paneles virtuales que se despliegan ante nosotros. Tampoco lo hemos apreciado al aproximarnos a los enormes soles o al acoplarnos a las estaciones espaciales.

  

Pantalla de carga de Elite Dangerous

Pantalla de carga de Elite Dangerous

 

Aquí se hace patente uno de los problemas que habíamos comentado con anterioridad. Cuando aparece la nave rotando en el centro sobre un fondo negro, tal y como podéis ver en la imagen de arriba, vemos una especie de reflejo de la misma en las lentes. Esto explicaría los extraños fallos gráficos que habíamos creído percibir en ocasiones en algunas demos, en momentos muy puntuales, y no sabíamos si se trataba de fallos de render, pero gracias a Elite Dangerous lo hemos visto claramente. Evidentemente, esto no se puede solucionar con una actualización del software.

 

Los textos se leen mucho mejor en el DK2 

Los textos se leen mucho mejor en el DK2

 

Los textos de pantalla, que en el DK1 teníamos que adivinar (algo que por cierto conseguíamos con más o menos eficacia), ahora son legibles aunque sin llegar a resultar totalmente cómodos de leer. Sin embargo el posicionamiento nos ayuda ya que podemos acercarnos tanto como necesitemos, esto resulta especialmente útil en el interior de las estaciones espaciales, cuando leemos la descripción de las distintas misiones que podemos aceptar o rechazar.

 

En este juego sí que esperamos que haya mejoras de cara a la estabilidad de los frames por segundo, ya que aunque alcanza sin problemas los 75 necesarios para el DK2, sufre de pequeños microparones, casi insignificantes en un monitor pero que resultan muy molestos en realidad virtual. También es notoria la insuficiente corrección de la aberración cromática, ya que el universo está plagado de estrellas lejanas que vemos como puntitos de varios colores cuando se encuentran en la periferia de nuestra visión.


En estas cosas es donde se nota que tanto el juego como el propio DK2 son productos sin terminar en un caso, o que no van dirigidos al mercado de consumo en el otro, y es importante que si alguien se plantea adquirir un Oculus Rift DK2 para jugar, debe tener muy claras estas cosas para evitar posibles decepciones.