¿El final del mareo en la RV? Enviado por la comunidad

3 JUL 2015  8:56

naimaD

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Gordon Wetzein, profesor adjunto de la universidad de Standford, está desarrollando un dispositivo innovador para RV: el estereoscopio de campo de luz, con el que pretender poner fin al mareo tan común que generan sus antecesores.

Uno de los grandes obstáculos que separa a la RV de su incursión en el mundo comercial es que los dispositivos inventados hasta ahora generan, en cierto número de usuarios, sensación de mareo a medida que los mismos se desplazan por el escenario virtual e intentan interactuar con éste.

 

Esto se produce porque la forma que el ojo humano tiene de procesar los estímulos que le llegan desde el exterior es incompatible con la forma en el que la RV nos los ha estado presentado hasta la fecha. Cuando miramos un objeto en la vida real, las pupilas de cada ojo varían su diámetro para focalizar dicho elemento y las imágenes recibidas por ambas se combinan para darnos la adecuada sensación de profundidad. No obstante, en RV, aunque las imágenes generen una ilusión de profundidad, en realidad lo que estamos mirando es una luz plana, y por ello sus movimientos engañan a nuestra visión y generan mareos.

 

Distintos desarrolladores se encuentran en la actualidad trabajando para solventar este gran problema. Uno de ellos es Gordon Wetzein, profesor adjunto de la universidad de Standford en el departamento de ingeniería electrónica quien, junto a su equipo de laboratorio, ha diseñado lo que ha bautizado como “Estereoscopio de Campo de Luz”.

 

 


Dicho aparato, inspirado en el clásico estereoscopio, incorpora dos paneles LCD para cada ojo, situados uno frente al otro, con una luz negra tras ellos, un espaciador entre ambos y unas lentes en la parte frontal, debiendo de estar conectado a un ordenador que disponga de un software específico para su funcionamiento.

 

Cuando las gafas se activan, se genera una imagen en 3D que el software se encarga de reproducir en cada ojo a modo de un campo de luz. Según explica Wetzein, en cada uno de ellos se encuentra una matriz de 5x5 imágenes bidimensionales, 50 en total si las sumamos todas. Un algoritmo selecciona dos imágenes para cada ojo, quedando una de ellas en el panel posterior y la otra en el anterior. Esta última llega hasta la pupila y se proyecta en la retina.

 

Lo que el usuario termina viendo, explica su creador, es una aproximación del campo de luz ópticamente generado, por lo que la vista del usuario puede desplazarse a su antojo y focalizarse en lo que desee con una mayor sensación de realidad de lo que se había logrado hasta ahora.

 

Para sus desarrolladores, entre las ventajas de esta tecnología destacan su bajo coste y el hecho de que no requiere de seguimiento de ojos para que el aparato adivine a dónde se quiere dirigir la visión, por lo que esperan que en un futuro muy cercano, los distintos dispositivos que vayan apareciendo la incorporen.