Drums Rock: ANÁLISIS

22 MAR 2023  14:17

AlejandroMontoya

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Drums Rock: ANÁLISIS

Drums Rock supone una vuelta de tuerca al género de los juegos de ritmo en realidad virtual. Coge tus baquetas y enfréntate a demonios al ritmo de la música. El estudio español Garage 51 nos enseña a tocar la batería. Disponible en App Lab de Quest, PC VR y PSVR2.

Siéntate y disfruta de la música

A continuación tenemos el análisis completo enfocado en la versión de Quest (publicado el 21 de febrero de 2022), y luego, tras la Conclusión, tenemos un anexo para la versión de PlayStation VR2.

 

Drums Rock, del estudio Garage51, nos pone en situación desde el momento en el que encendemos nuestro dispositivo de realidad virtual gracias a un sencillo tutorial introductorio. El juego nos recomienda siempre jugar sentados para disfrutar más de la experiencia y simular estar sentados frente a una batería, pero en cualquier caso podemos ajustar la altura de la misma desde el menú de configuración.

 

En el tutorial aprenderemos a sacar nuestras baquetas (tendremos que llevar nuestra mano a cada uno de nuestros hombros para sacar las dos baquetas y agarrarlas con el gatillo lateral de los mandos de Oculus). A partir de este momento veremos frente a nosotros cuatro tambores y dos platillos para un total de 6 colores diferentes que representarán a 6 diferentes enemigos. A partir de este momento el gameplay será tan sencillo como golpear con la baqueta al color correspondiente a cada enemigo cuando el círculo que aparece sobre el mismo se haga más pequeño. Tendremos que coordinar muy bien los movimientos, e incluso nos encontraremos frente a múltiples variaciones de golpeo que se nos irán introduciendo a lo largo de la aventura.

 

Comienza tu batalla contra los demonios

Drums Rock (disponible en App Lab) cuenta con dos modalidades de juego: el modo campaña y el modo desafío. En el modo campaña tendremos acceso a 3 actos e iremos desbloqueando los diferentes capítulos de cada uno consiguiendo estrellas en cada una de las fases. Cada fase o canción cuenta con tres objetivos (el número posible de estrellas para dicha canción), que van desde completar con éxito la canción, pasando por terminarla con más de un porcentaje de vida concreto, hasta realizar un determinado número de golpeos perfectos.

 

En la parte superior derecha de la pantalla veremos un marcador en el que podremos comprobar nuestra racha, multiplicadores y consecución o no de los objetivos marcados para esa fase. Drums Rock nos introduce una simple historia en la que un rockero ve cómo se abre un portal hacia el infierno, lo que provoca que los demonios invadan la tierra. Nuestra mejor arma contra ellos serán nuestras baquetas, y al ritmo de la música deberemos ir eliminándolos uno a uno.

 

 

Al margen de los golpeos simples, Drums Rock también introduce un tipo de enemigo más grande que cuenta en su interior con un número, que hará referencia al número de veces que deberemos golpear el tambor o platillo para poder eliminarlo. Si fallamos un golpeo recibiremos un golpe o daño que bajará el porcentaje de nuestra vida, y si recibimos muchos impactos seguidos tendremos que reiniciar el nivel. Habitualmente jugaremos los niveles con nuestras baquetas, pero en algunos momentos de la campaña tendremos acceso a fases en las que deberemos golpear con unos guantes de boxeo.

 

Si sujetamos nuestras baquetas, las hacemos girar en el aire y las agarramos al vuelo, o si golpeamos contra un tambor, soltamos la baqueta y la volvemos a coger al vuelo generaremos un golpe cargado que se aplicará a la siguiente nota que golpeemos a un enemigo con esa baqueta. Los golpes cargados multiplicarán nuestra puntuación y pondrán a prueba toda nuestra habilidad. Por lo tanto, Drums Rock no será ni mucho menos un paseo en barca.

 

Jugar la campaña es una experiencia muy divertida y adictiva y nos ha tenido queriendo jugar siempre una canción más en las aproximadamente 5 horas que nos ha llevado completarla. Cabe destacar que completar la campaña es fácil, pero no lo será tanto conseguir todas las estrellas en cada una de las fases. Repetir una y otra vez un nivel será fundamental para cumplir todos los requisitos y obtener la máxima puntuación.

 

Modo desafío y tienda: personaliza tu equipo

Drums Rock no se conforma con ofrecer una campaña y ya está, sino que pone sobre la mesa un modo que nos dará para decenas de horas y múltiples piques online. Estamos hablando del modo desafío, en el que tendremos acceso a todas las canciones que hayamos ido desbloqueando en el modo campaña o comprando en la tienda. Tendremos acceso a todas ellas en tres niveles de dificultad y cada canción contará con un ranking online mundial, por lo que nos veremos repitiendo una y otra vez la misma canción para ser los mejores rockeros del mundo.

 

Por otra parte, y como uno de sus grandes puntos diferenciadores, nos encontramos con una tienda en la que podremos ir adquiriendo desbloqueables. Tras cada canción completada (tanto en el modo campaña como en el modo desafío) obtendremos dinero que posteriormente podremos canjear en esta tienda. Allí podremos adquirir desde diferentes baquetas hasta modificaciones para nuestras manos (tatuajes), pasando por modificaciones visuales para nuestra batería y canciones que no desbloquearemos en el modo campaña. Completar la campaña no nos dará todo el dinero necesario para arrasar con la tienda, así que será necesario jugar al modo desafío para desbloquear todo el contenido que Drums Rock nos ofrece.

 

Bienvenidos al infierno rockero

Drums Rock ofrece un apartado gráfico muy inmersivo a lo largo de los tres mapas incluidos en el modo campaña. El estudio apuesta por un estilo cartoon con un uso muy acertado de los colores y una adaptación a ese ambiente rockero que el videojuego pide a gritos. Los diseños de los demonios enemigos son originales y los hay de varios tipos y con distintos accesorios, si bien es cierto que se podrían haber perfilado diferencias mayores que únicamente el color y un gorrito o parche. El fondo es interactivo con elementos moviéndose todo el rato, y consigue llamar toda nuestra atención. La apariencia de las diferentes baquetas y componentes de la batería que iremos desbloqueando también son dignos de mención.

 

Queremos destacar la inmersión que ofrece el videojuego gracias a esa mecánica de jugar sentados. Realmente nos sentiremos unos auténticos rockeros, y la simulación de tocar la batería se vuelve cada vez más y más real haciéndonos sudar la gota gorda conforme vaya aumentando el nivel de dificultad, tanto en la campaña como en los niveles de dificultad más altos del modo desafío. Jugar sentados evita los posibles mareos, y es un juego que gustará a familia y amigos y que podremos llevar a cualquier fiesta o reunión para pasar un buen rato en compañía. Lástima que no se haya incluido un modo multijugador para poder disfrutar con amigos, nos encantaría que lo incluyera el estudio en un futuro próximo.

 

Drums Rock llega traducido al español y con una selección de canciones a caballo entre temas propios y licenciados, incluyendo temas tan míticos como Love Rock N’Roll de Joan Jett and the Blackhearts. No obstante, pensamos que la selección musical se queda corta, y en la campaña nos veremos repitiendo una y otra vez diferentes temas en los diferentes actos que lo componen con variaciones únicamente de escenarios y dificultad. Los temas se pueden llegar a hacer repetitivos en sesiones de juego largas, por lo que recomendamos jugar un ratito cada día para no quemar su banda sonora y poder disfrutar durante más tiempo de uno de los juegos de ritmo más prometedores para realidad virtual de este 2022.

 

Conclusión

Drums Rock pone sobre la mesa una forma diferente de jugar a juegos de ritmo en realidad virtual y bautiza el género de mata-demonios musical que tanto nos ha gustado. Decenas y decenas de horas entre sus dos modos de juego y diversión asegurada gracias a su curva de dificultad ascendente. Lástima que no incluya más temas y un modo multijugador. Esperamos que el estudio tome nota y añada contenido en el futuro para hacer de su videojuego una experiencia aún más redonda.

 

Podemos conocer más sobre la hoja de ruta de Drums Rock en esta noticia y en este capítulo de La Hora Virtual en el que nos visita Dani de Garage51.

 

El juego ha sido analizado en Quest 2.

 

 

Versión PSVR2 (Dark)

El lanzamiento de PSVR2 llega con mucho ritmo. Propuestas de diferentes tipos, muchas rockeras por sorprendente que parezca, y con Drums Rock entre ellas. Desde Barcelona llega un título que nos hace sentir como si realmente tuviéramos una batería en el salón, donde notamos cada golpe de baqueta y la posición de nuestro cuerpo es fundamental para golpear cada bombo o platillo.

 

 

A simple vista puede parecer que su estilo de juego sea similar a Ragnarock, pero lejos de seguir su filosofía puramente arcade, Drums Rock se acerca mucho más a lo que proponía el legendario Rock Band de Harmonix y EA. Cada nota, o demonio de diferente color, corresponde de forma mucho más fiel al golpeo de un elemento de la batería y su compás adecuado. Cada ritmo cobra sentido y es fácil aprenderse los temas con los patrones realistas de sus notas, algo imposible en el alocado título de los vikingos.

 

Realmente sentimos que somos partícipes de cada tema, la vibración de los VR Sense hace que ubiquemos espacialmente cada bombo, aunque sí es cierto que se les podría sacar mucho más partido. Por defecto tenemos que mantener pulsados los botones para sujetar las baquetas y es algo que recomendamos desactivar porque en lugar de ganar inmersión, lo que nos llevamos es más una molestia en las manos.

 

 

Y sí, el visor vibra pero con nuestro movimiento siguiendo el ritmo como locos apenas lo sentimos, siendo algo demasiado sutil y cobrando más protagonismo durante los menús y quedando como algo meramente anecdótico. En cualquier caso, lo importante aquí es el reconocimiento de nuestros gestos, y más allá de unas primeras sesiones donde debemos recolocar el instrumento (altura y distancia de bombos) no hemos tenido problemas de precisión.

 

Al menos no ocasionados por el juego, sino más bien a la reubicación de nuestros brazos tras cada golpeo al carecer del rebote de una batería real. Por suerte, además de hacerlo estupendamente bien en la parte jugable, presenta un estilo visual característico y muy definido. Es fácilmente uno de los títulos de lanzamiento que mejor claridad de imagen ofrece, haciendo resaltar su colorido e infernal mundo todavía más.

 

Los jefes interrumpen las melodías para enviarnos sus ataques.

 

En Drums Rock no hay que quedarse de brazos cruzados, ya que al lanzar y recoger las baquetas al aire antes de golpear una nota multiplicamos su valor. Y no sólo eso, como añadido en esta versión podemos hacer lo propio gracias al eye tracking. Cierto es que solo para los más virtuosos, pero si jugamos con los ojos cerrados o apartamos la mirada de los demonios, recibiremos mayor puntuación por los aciertos.

 

Pero más allá de maravillarnos con las baquetas, lo hacemos también con su buena selección de temas, aunque sigue necesitando un mayor número de canciones licenciadas originales. Mirror Mirror de Blind Guardian suena imponente, pero tener Bring Me to Life de Evanescence sin Amy Lee (lo sentimos F211) sigue sin convencernos. Queremos más bandas que poco a poco se incorporen a la plantilla, porque la calidad de temas propios es algo irregular y desequilibra la balanza.

 

 

Precisamente, algo particular de Drums Rock es una estructura de la campaña similar a la del mentado Rock Band, pero ofreciendo objetivos y variantes en las canciones muy de agradecer aunque sin saber sacarles partido: tocar con unos guantes de boxeo, enfrentarnos a gigantescos jefes finales... Son fantásticos alicientes jugables que solo nos encontramos de vez en cuando y que le aportan frescura a un tipo de producto por otro lado muy manido.

 

Las variantes son más que bienvenidas en el modo Campaña, aunque no son abundantes.

 

Así, PSVR2 recibe uno de los mejores juegos rítmicos "tradicionales", con unas sensaciones a la batería estupendas y una precisión de su gameplay excelente. Se ve estupendamente bien, notándose el cuidado puesto en cada elemento de la pantalla para darle su personalidad, y aunque necesitamos más temas licenciados, sacar partido a sus variantes jugables y modo multijugador, lo cierto es que Drums Rock sigue sintiéndose único en realidad virtual. Desde Garage 51 han conseguido que siempre apetezca volver a luchar contra sus demonios siguiendo el compás.

 

Impresiones tomadas en PlayStation 5 con PSVR2 sobre la versión del juego 1.020.000.

+ Un giro jugable a los juegos de ritmo

+ Experiencia inmersiva que simula tocar la batería

+ Decenas de horas de contenido y un gran reto

- Llega justo de contenido en su selección de temas musicales

- Tan solo tres mapas en su lanzamiento y sin modo multijugador

8 "Muy bueno"

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