Traffic Jams: Primeras Impresiones

16 JUN 2020  20:00

ray_manta

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Traffic Jams: Primeras Impresiones

Hay videojuegos en los que tenemos que ser los héroes que salven el mundo, los elegidos, los guardianes del universo. En este caso, nuestra tarea es más modesta, nos toca ser guardias... de tráfico, y sin silbato. ¿Conseguiremos evitar accidentes o atropellos sin provocar embotellamientos?

El tráfico en tus manos

Lo que todos estamos esperando de Vertigo Games es el anunciado After the Fall, así que ha sido toda una sorpresa saber que tiene otros proyectos entre manos como el que vamos a comentar. Traffic Jams es un título que publicarán siendo solamente editores del mismo, ya que su desarrollo corre a cargo de Little Chicken, un estudio holandés, como dejan bien claro a través de varios guiños (un molino a lo lejos, es estilo arquitectónico de las viviendas, que el nombre del primer nivel sea Gouda como uno de los quesos típicos del país).

 

Juegos de dirigir el tráfico hay muchos, para móviles se me viene a la cabeza Traffix por su estética minimalista, o la saga Traffic Lanes, que usa los mapas reales de Google. La lista de programas en Flash cuya mecánica consiste en cambiar los semáforos de rojo a verde para evitar atascos o accidentes es interminable. Sin embargo creo que en realidad virtual no había, hasta ahora, nada parecido.

 

Normalmente, en este tipo de programas la perspectiva es cenital o aérea, centrada en una intersección o rotonda, y la forma de hacer que los vehículos avancen o se queden parados es manipulando los semáforos. En Traffic Jams es todo lo contrario: nos situamos a pie de calle porque somos un guardia urbano que tiene que controlar el tráfico de la manera más tradicional: haciendo gestos con la mano.

 

La autoridad son las manos con guante blanco

Al servicio del ciudadano

La mecánica es muy simple: señalamos a un peatón o vehículo, y hacemos el gesto de parar/stop o el de avanzar (despacio o deprisa). Y cuando digo que hay que realizar el gesto, es ejecutarlo físicamente, con nuestras manos, no pulsando un botón. Sin duda Traffic Jams sería un candidato ideal para jugarlo sin mandos, con seguimiento de manos.

 

De momento lo hemos jugado con HTC Vive y sus "maracas", y solamente el tutorial y un primer nivel, que nos ha dejado con las ganas de más porque detrás de la sencillez del juego intuimos que puede haber mucha diversión cuando las cosas se vayan complicando (y sabemos que así será).

 

En el primer nivel nos situamos en el cruce entre dos calles de un solo carril. Los vehículos vienen por nuestra izquierda y derecha, y deben girar para continuar por la carretera de enfrente. Los peatones se acercan únicamente por la izquierda y quieren cruzar al otro lado. Tan fácil como señalar al primero de ellos, ordenar con la mano que se detenga antes del paseo de cebra, y el resto de ciudadanos hará cola detrás. Cortamos el paso a los coches que vienen por la derecha, dejamos que avancen los de la izquierda, y misión cumplida. ¿Demasiado fácil? ¿Aburrido? Creedme si os digo que no, en absoluto.

 

Parecía un trabajo fácil...

Es fácil dirigir el tráfico cuando hay pocos ciudadanos o coches, pero en esta ciudad, o se han saltado todos el confinamiento o deben de estar ya en fase 4 y es hora punta. Coches, autobuses, motos y peatones van con prisa, y aunque son muy obedientes, su paciencia tiene un límite: una barra de nivel que va llenándose cuando están parados. Si no les dejas seguir su camino, se les acaba el aguante y avanzarán sin importarles que otros vehículos o peatones lo estén ya haciendo, lo que provoca atropellos y accidentes tan trágicos... como divertidos de contemplar.

 

Hay unos objetivos mínimos que cumplir, estamos al servicio de la ciudadanía, así que procuremos que todos lleguen sanos y salvos a sus casas o sus trabajos. Somos agentes de movilidad, por favor, seamos serios y no provoquemos colisiones entre vehículos...

 

Apartado artístico

Gráficamente el juego es una delicia. La monotonía que podría provocar el estar parados en el centro de un único escenario por nivel se compensa con una gran variedad de vehículos y peatones, recreados como si fueran muñecos de plastilina, muy expresivos dentro de la simplicidad de su diseño y muy graciosos (especialmente cuando se enfadan).

 

El humor está muy presente, con conductores que nos enseñan el dedo medio, ciudadanos que caminan con visores VR por la acera o con coches que se desmontan en varias piezas al chocar entre sí. Efectos sonoros y música van también en sintonía con el tono ligero y divertido de esta propuesta. Los edificios están repletos de detalles: ventanas, toldos, chimeneas que echan humo... hay buena sensación de profundidad y todo se ve nítido.

 

¿Pasatiempo o desafío?

Sin duda las sensaciones que me ha dejado probar el primer nivel de Traffic Jams son muy positivas. Las mecánicas simples y los escenarios casi únicos no tienen por qué ser aburridas (Tetris, Lemmings). La duda es si sus desarrolladores serán capaces de hacer que la diversión continúe en las siguientes fases, si serán capaces de complicar las situaciones.

 

Mientras lo jugaba, a mí se me han ocurrido varias ideas: añadir algunos vehículos a los que haya que dejar pasar sí o sí (ambulancias, camiones de bomberos) o peatones despistados, impacientes o invidentes. ¿Y si además de hacer indicaciones con la mano pudiéramos conseguir un silbato que tuviéramos que usar soplando físicamente?

 

No sé si alguna de estas locuras de mi cosecha estarán en el juego, pero sí sabemos que Little Chicken tiene otras para hacer los niveles más variados y rejugables. Por ejemplo, añadir globos que tenemos que explotar para conseguir logros y, estando apadrinados por los creadores de Arizona Sunshine, incluir un modo zombi al que ya le hemos podido echar un vistazo rápido. Con la llegada de la primera actualización podemos escoger dirigir el tráfico en el turno de noche. Los no-muertos surgen de las alcantarillas o portales, infectando a los peatones y, lo que es aún peor, atacándonos. Al no contar con ningún arma, debemos anticiparnos a sus movimientos para conseguir que sean atropellados. Si no, se quedarán delante de nosotros intentando devorarnos. La pantalla se llenará de manchas de sangre, perderemos visibilidad y conseguir que ciudadanos y coches circulen ordenadamente se vuelve mucho más difícil y divertido.

 

CONCLUSIÓN

Si tuviera que apostar por Traffic Jams, lo haría sin dudar. Las casi dos horas que le he dedicado al tutorial y a jugar un montón de veces el primer nivel disponible (de día y de noche) me han dejado muy buenas sensaciones y una gran sonrisa en la cara. Es un título al que se le ve mucho potencial, que puede funcionar como juego para toda la familia y como desafío para jugadores más exigentes. Si el producto final tiene un número suficiente de niveles, si éstos son variados a nivel gráfico y si las mecánicas se van complicando (sabemos que lo harán), el entretenimiento estará asegurado. Además contará con modo multijugador.