Crisis VRigade 2: Primeras Impresiones

Tropa de élite

La primera parte de Crisis VRigade dio mucho que hablar por dos razones: la mucha diversión que proporcionaban sus difíciles tiroteos y por no pasar el filtro de la tienda de Oculus Quest, a pesar de tener docenas de reseñas positivas y el apoyo de gran parte de la comunidad de jugadores. Mientras que en las tiendas de Steam y PSVR el juego se vendía muy bien, la versión para Quest finalmente se puso de manera gratuita a través de SideQuest o Itchio.

Polémicas aparte, el estudio español Sumalab se puso enseguida a darle continuidad, y el resultado, disponible ya en acceso anticipado, no defrauda. ¡Benditas segundas partes en el mundo de los videojuegos!  Si te gustó Crisis VRigade, te encantará Crisis VRigade 2. Si no has jugado al primero, te encantará el segundo. ¿La mayor diferencia? El pasar de unos gráficos minimalistas tipo Rec Room a otros más realistas al nivel de TWD: Saints & Sinners.

Estamos ante una propuesta cuyo objetivo es divertir, un juego de acción puro y duro, diseñado para liberar adrenalina. Pasamos de estar tranquilamente en la comisaría tomando un café a encontrarnos en mitad de un tiroteo. ¿Estamos luchando contra un grupo de narcotraficantes, terroristas internacionales o hay una guerra de bandas? Sí, hay una misión, pero sinceramente, nos va a importar un pimiento (aunque haya un claro homenaje a Scarface, El Precio del Poder, 1983). Tenemos que salir vivos de aquí y la única manera es acabar con todos los enemigos en menos de 7 minutos, algo nada fácil.

Lo hemos probado estando todavía en acceso anticipado, se puede adquirir ya al precio especial de 13€ y es completamente jugable. La versión definitiva saldrá este verano, sin fecha concreta todavía, pero dado el estado actual del juego, no dudo de que será pronto. 

El menú de opciones y el audio están de momento en inglés, pero todo es tan visual que nos daría igual si el idioma fuese el sumerio escrito con caligrafía rúnica. Antes de aparecer en comisaría, un mini-test para calibrar nuestra altura y enseñarnos a recoger la pistola y cargarla. Una vez en la sala de operaciones, las opciones se escogen disparando sobre ellas. Por si no ha quedado claro, este es un juego de darle al gatillo, no al coco.

A mano derecha veremos un panel con las estadísticas (número de enemigos abatidos, rehenes rescatados, balas usadas, puntuación, etc). A nuestra izquierda, en el pasillo, un letrero verde con la palabra EXIT, al que solamente disparan los cobardes. En este lado veremos también las distintas mejoras, potenciadores o armas que podremos adquirir, pero antes habrá que ponerse manos a la obra, así que dirijamos nuestra vista al frente. Tenemos la posibilidad de ir a la sala de tiro, para practicar con media docena de armas de fuego, cortas y largas.

Disparando al engranaje, podemos re-calibrar la altura o tomar una decisión fundamental: que la recarga de las armas sea automática o manual. Las balas siempre van a ser infinitas, pero la experiencia de juego cambia mucho si cuando se acaba un cargador nuestra arma está lista para volver a disparar en medio segundo, o si somos nosotros los que tenemos que vaciar el cargador, recoger uno de nuestra cintura, introducirlo en el arma y amartillarla.

Tres son los escenarios de nuestra misión (The Raid, Montoya y Ransom), pero hay que tener éxito en el primero para desbloquear el segundo, y así sucesivamente. Cada uno de estos niveles se divide en varios tramos y hay que llegar vivos al final del tirón, no hay puntos de guardado, y hacerlo en menos de 7 minutos.

Disparamos a The Raid, fundido en negro, cuenta atrás y aparecemos detrás de un vehículo policial, en un callejón, en mitad de un tiroteo. Los disparos de los enemigos comenzarán antes de que nosotros podamos responder, hay un "preparados, listos, ya" que tenemos que aprovechar para echar un vistazo rapidísimo a la situación y, sobre todo, para  parapetarnos detrás de lo que tengamos más a mano. En este caso es el vehículo de asalto, pero en otras fases serán contenedores de basura, esquinas, etc. 

Desde esa posición de refugio, debemos de acabar con todos los enemigos, con ayuda de nuestros compañeros SWAT. La ensalada de tiros que se forma es brutal, de tener que bajar el volumen de los auriculares. La música es frenética, el tic-tac de la cuenta atrás intensifica la sensación de que no podemos perder el tiempo, tenemos que jugarnos la vida ya, no podemos permanecer eternamente escondidos.

Nuestros oponentes no son muy inteligentes, aunque sí que buscan refugio y algunos cambian de posición,  pero siempre siguiendo el mismo patrón partida tras partida. Tampoco nuestros compañeros tienen una IA avanzada y, aunque sean capaces de abatir a algún pistolero, suelen morir enseguida dejándonos solos. La verdad es que también nosotros moriremos pronto, y muchas veces. Crisis VRigade 2 es difícil, pero quizá no tanto como su predecesor. 

Vamos a hacer matemáticas: 3 niveles multiplicado por 7 minutos de tiempo límite igual a... ¿21 minutos de juego? Le sumamos unos minutos en la sala de tiro y se nos queda un juego de oleadas de media hora. ¡¡¡Vaya timo!!!  Pues no, en absoluto, a no ser que seáis primos de John Wick, hijos de El Castigador o hermanos de Max Payne. Yo confieso, humildemente, que me ha costado 2 horas finalizar el primer escenario, 120 minutos de sufrimiento y disfrute. 

Aunque el primer Crisis Vrigade tuvo críticas mayoritariamente positivas, a muchos se les hizo bola por su dificultad o porque estar a salvo de las balas te obligaba casi todo el tiempo a permanecer agachado, posturas que son agotadores e incómodas, y más con un visor en la cabeza con el cable de por medio. Los chicos de Sumalab tomaron nota y ahora el jugador cuenta con algunas ayudas, que no hacen más fácil el juego, pero sí menos frustrante si el jugador se esfuerza. Pero lo de tener que estar con la rodilla en tierra, eso sigue igual.

Al acabar con algunos enemigos, aparecen de vez en cuando iconos circulares con alguna de estas ayudas: tiempo bala, un arma más potente, vida extra. Desaparecen muy pronto, así que no dudes en pegarles un tiro para conseguirlas. 

La novedad: al acabar una partida, dependiendo de lo bien que lo hayamos hecho o hasta dónde hemos llegado, se nos darán unas monedas que hay usar sabiamente. Podemos gastarlas en comprar una vida extra, una mirilla láser, armas más potentes, etc. Esta mejora no es permanente, dura solamente una partida. La otra forma de invertir nuestro dinero es comprar una resurrección, pero ojo, no es nada barato. 

Vamos a morir muchísimas veces, teniendo que empezar de nuevo desde el principio, pero no se trata de muertes inútiles. Poco a poco iremos memorizando las pautas de los enemigos, nos acordaremos de en qué ventana se esconde el francotirador, seremos conscientes de a quiénes tenemos que matar primero y mejorará nuestra puntería. Iremos acumulando experiencia... y además monedas. Por tanto, con paciencia y tesón, iremos superando poco a poco los niveles intermedios hasta poder desbloquear el siguiente escenario, logrando con esfuerzo y algo de ayuda lo que parecía imposible.

En definitiva, no me cabe duda de que estamos ante un muy buen juego, que supera en todo a su predecesor. Sí, es un juego de oleadas, sobre raíles, acabarás con las rodillas destrozadas o con lumbago, el cooperativo no está todavía disponible ni la localización en español y seguro que me dejo algún posible "defecto" más. Aún con todo eso, engancha cosa mala, así que dejo ratón y teclado, compañeros, que el maldito escenario dos se me resiste...