Luna: ANÁLISIS

8 JUL 2019  9:00

Sr_Ton

4

Luna: ANÁLISIS

Esta noche de verano es perfecta para contar el cuento del pájaro, el búho y la luna. Desarrollado por Funomena, un equipo formado por alguno de los responsables de Journey o Flower, está disponible para Rift, Vive, Index y PSVR.

Un cuento antes de dormir

Hay noches en que los lobos están en silencio y aúlla la luna (George Carlin).

Luna es un cuento infantil con elementos interactivos y pequeños puzles. A ojos adultos, un cuento es algo sencillo. No obstante, a veces, éstos evidencian múltiples capas con significados más profundos. En este caso, rezuma espiritualidad. Es algo intencionado por los desarrolladores, y se nota. Tanto el lenguaje, la estética o la música usadas en Luna refuerzan una y otra vez esta idea. Por ejemplo, las constelaciones son la materia prima de la vida y los animales son claramente totems de poder. Por su parte, los escenarios son maquetas dentro de una flor gigante abriéndose en el centro del universo. En estos escenarios revolotea el pajarito protagonista, nuestro hilo conductor de la historia. Nosotros, en modo dios, le acompañaremos en su viaje místico creando vida a nuestro paso. Por su parte, el pájaro debe buscar los fragmentos para reconstruir la luna. Así, como veremos a lo largo de este análisis, estamos ante un juego de corte meditativo donde están muy presentes la creación, la sanación y la transformación de los seres.

 

 

Interactuando con el mundo

Aunque el juego está pensado para RV, se puede jugar también en pantalla plana con gamepad. En nuestro caso hemos jugado al modo RV usando dos Move y sentados. La mayor parte del tiempo tenemos una visión en primera persona en modo dios, esto es, vemos nuestras manos gigantes (en este caso son pinzas vegetales) y frente a nosotros el escenario en forma de maqueta para interactuar con él. Normalmente el escenario es estático, aunque en momentos puntuales podremos girarlo para acceder mejor a los elementos del mismo.

 

La experiencia jugable es muy confortable, y resulta ideal para todo tipo de público. Los controles van muy bien en todas sus modalidades. Es un título muy accesible y recomendable para personas ajenas al mundillo -ideal para esas visitas de la tía Enriqueta-.

 

La luz nos permite crear constelaciones.

 

Estructura jugable

Aunque podríamos pensar en una narración continua, si observamos su estructura el juego se divide en 6 partes bien diferenciadas con puntos de autoguardado. Cada una de estas partes o niveles es un escenario encerrado en una flor. Pasamos a describir una de ellas a modo de ejemplo.

 

Durante la narración del cuento, llegaremos a un punto donde tendremos que activar las ramas de un árbol mágico. Para ello seguiremos la secuencia del canto del pájaro. En esos momentos, una de las ramas se abrirá para darnos paso a la construcción de una constelación, y al montarla desbloqueamos un nuevo tipo de planta o bien un animal, en el caso de la última rama/constelación. Al completar todas las ramas del árbol usaremos la vegetación desbloqueada para repoblar el escenario y darle vida. De ese modo aparecerá el animal que habita ese lugar y podremos sanarlo. Con ello la flor se cerraría y pasaríamos a la siguiente.

 

Todo es fácil y liviano. El juego trasmite calma y positividad, eso se lo concedemos. Intenta trasmitirnos buenas vibraciones. En mi caso funcionó, al menos, a cierto nivel.

 

El pajarito, el búho y la luna.

 

Ommm

La mayor parte del tiempo nuestra actitud será contemplativa. Somos en gran medida espectadores o, en su caso, las fuerzas divinas y de la naturaleza que rodean esta sencilla historia. La propia narración es una excusa para llevarnos de la mano. Las acciones y las pocas mecánicas introducidas puntualmente nos hacen participes de ella, nos integramos en la narración con los movimientos de nuestras manos. Somos la palanca que mueve el mundo de Luna, se nos invita a pintar una circunferencia en el aire para dar paso a la magia creativa. Quizás se busque aquella máxima de "ser uno con el universo". Sí, estoy un poco de broma, aunque algo de esto hay.

 

Aunque los puzles e interacciones son puramente anecdóticos, pasamos a detallarlos un poco. La parte jugable de Luna se reduce a:

  • Tocar puntos de luz para interactuar, a veces, en secuencias musicales muy sencillas.
  • Unir estrellas para formar constelaciones que generen nuevas especies animales y vegetales.
  • Plantar las creaciones en los escenarios para renovarlos de vida.
  • Realizar círculos lentos en el aire para sanar animales y cerrar escenas.

De entre la lista, solo los dos primeros son puzles como tal. Ahora bien, la dificultad es tan baja que pueden considerarse un mero trámite para avanzar. También es cierto que estas interacciones, como dijimos, te hacen sumergirte en la historia y contribuyen a aportar al jugador una experiencia inmersiva relajada.

 

Si a lo dicho le añadimos que Luna dura poco más de una hora, muchos no dudarán en asignarle la denostada etiqueta de "experiencia". No los juzgo, si todo ello sirve para detectar un producto que no sea del agrado, bienvenida sea la etiqueta. No es gusto de nadie gastar dinero en balde y llevarse decepciones innecesarias.

 

La flor se abre y nos enseña un mundo.

 

El arte oculto de luna

El apartado artístico es destacable en Luna. Los escenarios y personajes, de aspecto poligonal o planos, toman un aspecto de pintura artesanal. Parecen sacados de un cuento físico preexistente pintados por algún artista. El cuento cobra vida y se nos muestra ante nuestros ojos, y es posible que sea lo mejor del juego. Una prueba de estos diseños es la parte final del mismo, os recomiendo que veáis los títulos de créditos, pues aportan un punto de vista diferente. Sin entrar en detalles, me hubiera gustado ver algunas escenas en esa dirección durante el desarrollo de la historia.

 

Si el diseño previo es destacable, no lo es tanto su ejecución. Sin ser sangrante, gráficamente se notan sus carencias y las animaciones a veces se perciben un tanto toscas. La nitidez y la calidad de la imagen son mejorables, sobre todo en las distancias más alejadas. Insisto, no es algo grave, pero se nota la diferencia con otros títulos de mayor presupuesto.

 

Igual que otros elementos, el sonido busca no distorsionar la armonía. Todo en el juego es suave y el sonido va en esa línea. Por ejemplo, al interactuar con puntos de luz, normalmente se produce un toque de campana estilo tibetano o similar. Los animales no hablan en este cuento, pero como suele ser habitual, en paralelo a las imágenes, sí tenemos la voz de un narrador en tercera persona. Es contado en inglés pero el juego dispone de subtítulos en español, al menos en la versión de PSVR que hemos podido probar.

 

Otro factor destacable en el juego es la música. Inicialmente no sobresale, o no te fijas por ser muy minimalista, pero tras llevar unos minutos te das cuenta de su presencia. Esas melodías a guitarra y piano contribuyen en gran medida a construir un ambiente apacible. Me ha gustado.

 

Un pajarito buscado la luna.

 

CONCLUSIÓN

Durante el análisis, uno intenta trasmitir al lector un concepto global del juego analizado. Muchos vais a la nota, pero en realidad el texto es lo importante, y en este caso lo es más aún. Puede que no te guste la ópera, y esto es una ópera, entonces tu suspenderás el título y quizás yo lo apruebe. No porque me guste la ópera, sino porque intento ser objetivo. Evidentemente, lo de la ópera es un símil. Luna es en esencia un cuento con algo de interacción. Quizás funcionaría bien para un público muy infantil, sin embargo para ellos no es recomendable aún el uso de visores. ¡Qué paradoja virtual! Tal vez conectemos con la propuesta si dejamos atrás nuestras exigencias adultas y lo vemos con ojos de niño pequeño. Luna ejecuta bien su propuesta a cierto nivel, pero tengamos claro qué es. Por ello se me hace arriesgado recomendarlo a cualquiera.

 

Luna habría sido un juego ideal de primera hornada para un catálogo inicial de RV. Es corto y sin rejugabilidad. Se busca la contemplación y el relax del jugador como objetivo principal, y carece de dificultad o reto -en PS4 el trofeo platino es facilísimo-. Por momentos parece una sesión de meditación que consigue llevarnos a ese lugar si comulgamos activamente con la propuesta. Debo reconocerlo, es así. Como vemos, a pesar de sus fallos tiene aspectos positivos pero, ¿te interesa a ti, lector, lo que ofrece? Probablemente no sea así. Más aún si para catar el experimento debemos pasar por caja, con la consabida alteración del karma que ello supone. Si por vuestra parte estáis predispuestos, os recomiendo jugarlo de una sola vez y con calma. Sumérgete en la propuesta y déjate conducir. No te estreses, junta pulgares e índices y di: "¡Ommm! El vuelo del pajarito está a punto de comenzar".

 

Este juego ha sido analizado en su versión para PSVR.

+ Relajante y positivo

+ La música

+ El diseño artístico

- Muchos lo denominarán experiencia

- No supone reto alguno

- Modesto técnicamente

6 "Bueno"

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