1080 vs 1080 Ti - ANÁLISIS

19 MAY 2017  18:19

knob2001

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1080 vs 1080 Ti - ANÁLISIS

Cada pixel que renderiza nuestro sistema, cada frame que es disparado hacia nuestras pupilas, nos lleva más cerca de los mundos virtuales. Porque ya no hablamos de tarjetas gráficas, hablamos de nuestros ojos como si fueran implantes de una novela de Charles Stross. Por esa razón, cada pixel, cada frame, es sagrado. La última generación de gráficas lleva, por primera vez, el logotipo VR Ready. ¿Cómo se verá el metaverso a través de ellas? 

Del snobismo del PC a la naturaleza de la VR.

Desde que tenemos uso de razón gamer, (en mi caso allá por los años 80), hemos debido de perder media docena de vidas discutiendo sobre la calidad gráfica de los juegos. Pasar de un monitor monocromo Hercules a un CGA, por ejemplo, hizo que algunos de nosotros exclamáramos: "Esto es más real que la vida misma… ¡qué gráficos! ¡insuperable!". Pero los juegos que recomendaban en sus cajas: "mínimo Pentium 2 MX, 32MB de RAM, y 16M de colores" enseguida empezaron a exigir el cielo para verse tal como los programadores los engendraron.

 

 

El paso de siglo (XXI) cambió la industria del entretenimiento digital por completo. Las ferias de arte y animación como Imagina eran el oráculo que le decía al mundo lo que estaba por venir: gráficos y texturas hiper-realistas generadas en tiempo real; la fiebre del oro en formato pixel nos haría soñar despiertos. Los juegos entonces se colmaron de menús gráficos con términos completamente futuristas que accedían a funciones cada vez más difíciles de explicar: Filtros Ansiotrópicos. Multisampling. AntiAliasing. Todo se multiplicaba: 4x. 16x. 32x. Definiciones como Ultra, Alto, Medio o Bajo precedían cientos de reviews técnicas o benchmarkings online y ya no valía que el juego se viera de escándalo, ahora todo iba de la cantidad de arbolillos creciendo en lo alto de la colina que tu sistema podía renderizar sin bajar de 45FPS. Las gráficas habían pasado de ir embebidas en las placas bases a costar más que la suma del resto del sistema. Se habían convertido, poco a poco, en las estrellas del PC... y el mundo gaming en un devorador de Frames por segundo. 

 

 

Tal y como suele ocurrir cuando todos nos ponemos demasiado serios con nuestras cosas, el tema se fue de madre. El mundo PC se ha ido yendo al garete del snobismo al mismo ritmo que sus filtros se multiplican en acrónimos. Hoy hay gente invirtiendo más de 1000€ en SLI con monitores 1080p y 60Hz solo para sacar pecho y tatuarse un banner para el foro de turno que diga: "he llegado a 300FPS, no veas qué diferencia a los 290FPS tuyos... qué fluido va todo". Y yo solo puedo pensar, ¿tú eres tonto, verdad que sí, chaval?

 

Cuando todo parecía volverse igual que el final de un capítulo de Black Mirror, la Realidad Virtual llega, una vez más, para cambiarlo todo. La RV nos está obligando a empezar casi de cero y a repensar lo establecido como cuando el Punk llegó para arrasar el Rock. ¿Monitores planos? ¿Televisores 4K? No es nada comparado con ponerse un panel a 5 centímetros de los ojos y abrir las pupilas a un mundo nuevo.

 

  

Como si fueran ojos implantados del cyberpunk, la calidad de los visores será la calidad de nuestro meta-mundo. Así que mientras en el vida real los usuarios de PC se matan por medir su hombría aplicando filtros muchas veces inútiles en Benchmarks de miles de euros, aquí abajo, cada opción cuenta como la que más. Y todo parece quedarse corto. De esta reflexión se desprenden al menos dos cosas: que nuestros bolsillos virtuales aullarán vacíos a la luz de la luna y que una diferencia de 10FPS en un monitor de 60Hz es una tontería pero que en la RV supone la distancia entre vomitar la cena o disfrutar de verdad durante unas horas de los mundos del metaverso.

 

Si como la mayoría de seres virtuales, tú también sufres de esa enfermedad tan perjudicial y asombrosamente cara de aumentar el SuperSampling a resoluciones cósmicas y sientes que tus córneas andan más pendientes de distinguir cuando entra el modo asíncrono que disfrutando del juego en sí, entonces sabrás apreciar esta review como nadie. Si aún no tienes un visor HTC o Rift y sigues pensando que el mundo gaming es tan plano como tu monitor, creo que nunca llegarás a entender por qué 11Gb de RAM y más CUDAS que la granja que renderiza el mismo infierno, marcan una diferencia evidente en el mundo que rodea más allá de este.