Mecha Force: ANÁLISIS
2 JUN 2025 18:00

MyDearest y Ming Studio nos traen una propuesta que, sobre el papel, tenía todo lo necesario para seducir a los fans de los mechas y el anime. Disponible para Quest 2/3 y PC VR.
Una de mechas
La editora japonesa MyDearest nos tiene acostumbrados a experiencias de realidad virtual con un marcado sabor narrativo y un fuerte componente anime. Aunque como desarrolladora se ha hecho un nombre con títulos como Tokyo Chronos o Dyschronia: Chronos Alternate, también ha empezado a apostar por colaborar con otros estudios, como hizo con ALTDEUS: Beyond Chronos (a través de Thirdverse) o, en este caso, con Ming Studio, encargados del desarrollo de Mecha Force. Este nuevo título para Meta Quest 3 se presenta como un roguelite de acción con mechas, que busca conquistar a los fans del anime y los combates robóticos... aunque su ejecución deja mucho que desear.
Mecha Force nos pone al mando de KYLIN, un robot de combate personalizable con el que enfrentaremos a los Dominators, enemigos mecánicos que amenazan con extinguir a la humanidad. El bucle jugable sigue los esquemas habituales del género: enfrentamientos contra hordas enemigas en diminutas arenas de combate aleatorias, mejoras temporales y adquisición de piezas para evolucionar nuestro mecha. Lo hemos visto antes y mejor, pero funciona, al menos en sus primeras partidas.
El combate en Mecha Force es directo y accesible. Nos desplazamos con los sticks y cada brazo del mecha responde a nuestros movimientos, lo que nos permite controlar de forma independiente las armas que llevamos en cada uno. Por defecto, disparamos con armas de fuego mediante una mirilla flotante en pantalla, pero el verdadero protagonismo lo tienen las espadas de luz, que invocamos con un gesto físico cada vez que queremos realizar un ataque cuerpo a cuerpo. Aunque usar las espadas será casi siempre nuestra primera opción, no impide que podamos agarrar a pequeños enemigos y lanzarlos fuera de nuestro camino cuando la situación lo permite. Es una combinación sencilla pero efectiva que aporta dinamismo a los enfrentamientos.
Disponemos de armas cuerpo a cuerpo, misiles, escudos, ataques definitivos y más de 40 piezas intercambiables que nos permiten experimentar con diferentes estilos aunque luego a la hora de la verdad todo se represente en pantalla con un acabado bastante irregular. La resolución es baja, se aprecian dientes de sierra de forma constante y las texturas ofrecen una calidad muy dispar. Algunas cumplen, pero otras resultan excesivamente borrosas. Especialmente llamativo es el uso de fondos como simples PNGs de baja resolución, que no encajan con el resto del entorno visual y rompen por completo la coherencia estética del juego y ese tono de pureza futurista que quiere transmitir.
Estos tipos con barreras necesitan su medicina... ¡Puños fuera!
A este problema se suma un constante efecto túnel destinado a reducir el mareo, muy disimulado, que separa demasiado la acción del jugador. Este efecto, que se intensifica al girar y no puede desactivarse desde el menú de opciones, generando una sensación extraña que lastra la inmersión. En un título como Mecha Force, donde lo ideal sería sentirnos dentro del cockpit, este tipo de decisiones de diseño juegan claramente en su contra para hacernos pilotos de tal criatura metálica. Ah, además solo vemos los brazos del robot flotando, ni rastro del resto del cuerpo. Lo que sí podemos toquetear el es tipo de giro para adecuarlo a nuestro estilo de juego.
¿Mejor buscar en otro hangar?
La experiencia de usuario en Mecha Force tampoco está a la altura. La barra de vida está poco visible y no existen indicadores claros que nos ayuden a localizar el origen de los ataques cuando los enemigos no están en pantalla mediante la interfaz de la cabina. A esto se suma una representación de efectos visuales mejorable, que hace que sea difícil leer la acción en los momentos más intensos (porque aquí importa mucho la iconografía de los ataques para hacer parrys). Y por si fuera poco, los efectos de sonido son planos, poco variados y sin impacto, lo que resta aún más espectacularidad al combate.
En el apartado de audio sí encontramos una luz entre tanta sombra. Mecha Force ofrece doblaje en japonés, inglés y chino, y al menos en su versión nipona, las voces están bien interpretadas. La presencia constante de Maki, nuestra jefa virtual, ayuda a dar algo de personalidad al juego. Nos acompaña durante toda la campaña, aparece entre misiones frente a nosotros y actúa como enlace narrativo (hablando japonés, chino o inglés con subtítulos anglosajones). Eso sí, su modelo tiene interacción física y ciertos detalles pensados para quienes buscan un toque de fanservice. Algunos elementos de su anatomía reaccionan cuales flanes si el jugador los toca "sin querer".
Hay muchas posibilidades a la hora de tunear el mecha aunque cuesta bastante desbloquearlas.
El núcleo jugable de Mecha Force recuerda mucho a otros títulos del género, pero sin aportar nada realmente diferenciador. Esto no es Underdogs, ni intenta serlo, pero tampoco encuentra su identidad propia. La idea de ir mejorando el mecha con piezas y habilidades está bien planteada, pero el ritmo de juego se ve lastrado por tiempos de carga constantes, combates demasiado breves y pantallas de resultados innecesarias.
Para colmo, las primeras partidas en Mecha Force están excesivamente guiadas. El juego nos obliga a morir como parte del tutorial, desvelando sus mecánicas a cuentagotas, y esto puede frustrar a los jugadores más experimentados. Además, toda la interfaz y los textos están solo en inglés y con una traducción muy deficiente, especialmente en los menús.
Como fan de los robots gigantes y el anime, es fácil sentirse atraído por la estética de Mecha Force. Hay una clara inspiración en Evangelion y sus combates pueden resultar atractivos durante las primeras partidas. Pero si buscamos algo más sólido, con una narrativa cuidada y mejor ejecución general, Soul Covenant deja una mejor impresión general. Mecha Force intenta muchas cosas, pero se queda en una experiencia fragmentada, con poca personalidad y un acabado técnico poco pulido.
Aquí está, la muchacha de las protuberancias gelatinosas.
Conclusión
Mecha Force para Meta Quest 3 no es un desastre, pero tampoco es el gran juego de mechas que muchos esperaban. Tiene una base jugable aceptable, cierto atractivo visual en su diseño artístico y una ambientación anime que puede gustar a los fans del género. Pero falla en su apartado técnico, en el ritmo y en la falta de identidad. Si buscas un roguelite ligero con robots y no te importa un acabado tosco, Mecha Force puede entretenerte unas horas. Para el resto, la búsqueda del mecha perfecto deberá continuar en otro hangar.
Análisis realizado en Meta Quest 3 sobre la versión del juego 0.9.7