Ghosts of Tabor: ANÁLISIS
21 MAY 2025 15:00

Al fin, los extraction shooters pisan el segundo visor de Sony en una propuesta no apta para todos los públicos. Disponible en PSVR2, Quest 2/3/Pro y PC VR.
Con la exigencia por bandera
Si no estás familiarizado con los FPS online, es posible que el término extraction shooter no te suene de nada. Pero Ghosts of Tabor llega para cubrir un hueco importante dentro de este subgénero, muy popular desde hace años en PC. Aquí no se trata de eliminar enemigos sin más, sino de cumplir objetivos específicos y salir del escenario con vida y buen botín. Se trata de una experiencia más pausada, estratégica y meticulosa, que no olvida la acción, pero no la basa exclusivamente en el gunplay. Hace poco el juego celebraba un hito en número de jugadores alcanzados, una señal de su buena acogida, aunque también es cierto que deja entrever carencias impropias de un título pensado para PSVR2.
Lo primero que llama la atención es lo poco accesible que resulta el juego para los nuevos jugadores. No hay un tutorial como tal, más allá de una sala de entrenamiento que apenas enseña lo básico sobre el manejo de armas. La interacción con objetos y la recarga manual dejan ver una curva de aprendizaje muy empinada, ya que el juego apuesta claramente por el realismo extremo. Cada arma tiene su propio sistema de recarga, lo mismo ocurre con la gestión del inventario, las curas o cualquier acción que se te ocurra. No hay ayudas ni automatismos, todo depende de ti, y eso puede resultar frustrante si esperas una experiencia más guiada o amigable.
La exigencia se ve también reflejada en el sistema de disparo. Acciones básicas como coger un arma requieren precisión milimétrica, y procesos como rastrillar la munición o accionar la corredera rara vez resultan fluidos. Esto no solo desespera, sino que te deja vendido en pleno combate, donde cada segundo cuenta. Aunque la mirilla ayuda, el feeling al disparar es poco satisfactorio: los efectos de sonido son planos, y los impactos no transmiten contundencia. A eso se suma una falta de respuesta visual clara, lo que hace que el gunplay se sienta tosco y artificial. No es un desastre, pero está lejos del nivel que ofrecen otros shooters en VR como Firewall Ultra, Pavlov o Alvo.
Antes de lanzarte a una misión, el juego te sitúa en una base donde debes prepararte por completo. No hay explicaciones ni indicaciones: simplemente descubres por intuición qué debes hacer. Las habitaciones colindantes están repletas de objetos como armas, munición, mochilas, vendas o comida, y tú decides qué llevar. Eres responsable de todo tu equipo, sin consejos ni sugerencias, lo que puede ser abrumador al principio. Una vez listo, activas la misión desde una pantalla central y te lanzas a un mapa sin instrucciones. Tu única guía es una brújula, y debes confiar en tu instinto para sobrevivir y completar el objetivo.
Recargar la escopeta puede ser un auténtico suplicio, por suerte podemos practicar antes de salir a la misión.
Riesgo, recompensa y frustraciones técnicas
Ahí es donde Ghost of Tabor empieza a mostrar su verdadero atractivo. Por ejemplo, una de las primeras misiones te pide encontrar un terminal, sin más pistas que tu intuición. Los mapas son extensos y están poblados tanto por enemigos controlados por la IA como por otros jugadores reales, lo que hace que el riesgo de cruzarte con alguien y perderlo todo sea constante. Y es precisamente esa amenaza la que alimenta la tensión y la adicción. Morir implica perder todos los recursos que llevas encima, y lograr sobrevivir con un botín valioso se convierte en una satisfacción enorme. El juego castiga el error, pero también premia la planificación, la paciencia y la sangre fría.
Ahora bien, no todo funciona bien. La IA es uno de los puntos más flojos del juego: sus enemigos son robóticos, visualmente repetitivos y tienen una puntería casi perfecta. Puedes vaciarles un cargador entero sin matarlos, mientras ellos te eliminan de un solo disparo desde lejos, lo que resulta injusto y desmotivador. En un juego donde una misión puede durar fácilmente 45 minutos, este tipo de desequilibrios puede hacer que muchos jugadores abandonen la experiencia antes de engancharse del todo. Afortunadamente, el juego respawnea los recursos básicos en el lobby, lo que permite reintentarlo sin empezar completamente desde cero.
Fundamental ir bien preparados de alimentos (podemos morir si no comemos), vendas... casi más que de armas.
Pese a todas sus limitaciones, Ghosts of Tabor tiene un núcleo jugable muy sólido que conquista a quien logra conectar con él. La exigencia de sus mecánicas, que al principio parecen torpes, termina generando una enorme satisfacción cuando logras dominarlas. Y es que no hay nada como salir vivo de una situación límite, evitando enemigos y encontrando un objetivo que parecía inalcanzable. Parte de esa dificultad viene precisamente de su diseño: el juego apuesta por dejarte desorientado, abrumado, sin ayuda de ningún tipo, lo que puede recordar a títulos como los primeros Dark Souls o Monster Hunter, donde esa "libertad forzada" es parte de su identidad. No cumple en todos los aspectos, pero consigue fomentar la necesidad de volver a intentarlo una y otra vez.
La experiencia mejora si juegas con amigos, y en ese sentido el crossplay con otras plataformas es un gran acierto, ya que facilita encontrar compañeros humanos para afrontar las misiones. Sin embargo, el juego no está a la altura gráficamente: los modelados de personajes y escenarios son simples, las texturas pobres y las interacciones con objetos necesitan urgentemente una revisión. El apartado sonoro es especialmente problemático: los disparos tienen un eco artificial, los pasos se escuchan sin dirección clara y la falta de efectos ambientales resta inmersión. Quien se acerque al juego debe hacerlo sabiendo que su envoltorio técnico esconde lo que de verdad importa: su sistema jugable.
Además, conviene señalar que el juego está completamente en inglés, sin opciones de subtítulos en español, lo que añade otra barrera para muchos usuarios. Tampoco saca partido de las funciones hápticas avanzadas del visor de PSVR2, algo que sí han aprovechado otros shooters del sistema. El efecto gatillo adaptativo es casi inexistente, restando inmersión en momentos clave del combate. A esto se suma que ya existen varios DLC anunciados o disponibles, incluyendo contenido adicional que irá llegando a lo largo del año, lo que indica una apuesta clara por expandir un juego en constante evolución.
La IA es buena cuando quiere y puede estropearnos una incursión, a priori, exitosa.
Conclusión
Ghosts of Tabor para PSVR2 es una experiencia dura, exigente y poco accesible, pero también tremendamente adictiva si logras conectar con su propuesta. No destaca por su acabado técnico ni por su facilidad de entrada, pero sí por ofrecer una experiencia única en realidad virtual: realismo extremo, tensión constante y una enorme sensación de recompensa cuando las cosas salen bien. Es un diamante en bruto que aún necesita pulirse, pero que ya ha conquistado a miles de jugadores gracias a su corazón jugable, tan imperfecto como puro.
Análisis realizado en PlayStation 5 con PSVR2 sobre la versión del juego 1.000.004
cercata
Visores
#1 21 MAY 2025 15:38
Así lleva mas de 2 años, los 3 primeros meses mejoró mucho, pero luego el año siguiente cada vez iba a peor ... los ultimos 9 meses ya no he jugado pq daba por saco, en cada update por cada bug que arreglaban metian 2 nuevos, y bugs arreglados volvian a aparecer al de poco.
Elnota1
Visores
#2 21 MAY 2025 16:24
Pues no sé si habéis jugado una versión anterior o qué , pero los gatillos adaptativos si que funcionan y se nota la tensión antes de apretar el gatillo. También los hapricos de visor y mandos están a buen nivel. Luego hace nada que a los NPC les han puesto la posibilidad de que estén equipados con chaleco y/o casco y ahora se coordinan y cubren entre ellos
Aparate de estos comentarios bastante de acuerdo con el análisis, sobretodo el tema de que es un juego que abruma y no es para todo el mundo. A mí me hizo click a la 3 hora y ahora estoy muy enganchado.
Es cierto de que las mecánicas son toscas, pero una vez te acostumbras vas mucho más rápido, aquí el juega mucho el no ponerse nervioso en un tiroteo (al igual que en la vida real) y hacer todos los pasos sin prisa pero sin pausa.
Los gráficos, excepto los modelados de armas , son flojos pero a cambio va muy fluido sin saltos en la imagen y con una resolución que hace que puedas ver bien incluso a lo lejos. Además de que en interiores la cosa mejora bastante ( el que menos luce es la Isla por ser tan abierto).
En definitiva un juego muy nicho, difícil pero si entras en el será difícil que lo dejes ( por lo menos hasta que llegue la competencia si es que llega)
geunc
Visores
#4 21 MAY 2025 23:14
Supongo que si ya tienes Pavlov poca novedad va a aportar este juego, ¿no?.
Elnota1
Visores
#5 » Respuesta a geunc #4 21 MAY 2025 23:39