Stay: Forever Home - IMPRESIONES

Un mundo ¿ideal?

Ha llovido desde que Nintendogs aglutinara todas las bondades de Nintendo DS para crear una de los juegos más revolucionarios del mundillo. Desde entonces hemos visto clones de todo tipo pero ninguno tan creíble como aquel. Es por esto que Stay: Forever Home ha llamado tanto nuestra atención estos meses. Prometía el cuidado visual, interactivo y realista de la realidad mixta idóneo para al fin tener una mascota virtual en casa sin barreras. Un auténtico compañero con el que jugar y crear un vínculo lo más tangible posible... pero quizá no todo ha salido como esperábamos.

Stay: Forever Home permite que Ember se pasee por casa, le lancemos la pelota y podamos acariciarlo. También puede subir al sofá (ajustando la altura del objeto previamente) y echarse una siesta en el regazo o comer de nuestra mano cuando tiene apetito. Pero aunque es lo que busquemos no es el núcleo del juego y pronto estamos recogiendo recursos en un mundo completamente virtual donde nuestro pequeño zorro pasa a un segundo plano. Al atravesar la puerta que nos lleva al hábitat original de la mascota nos vemos rodeados por un bosque donde relajarnos en el que quizá pasamos más tiempo del debido.

En él tenemos misiones diarias para conseguir ciertos objetos a base de intercambios. Por varias piezas de manzana, uvas y esferas de luz obtendremos plantas o accesorios para Ember como collares, frisbees o camas para que pueda descansar. El escenario no es especialmente grande pero sí con múltiple flora para interactuar. Antes de ponernos en modo recolector debemos limpiar el mundo de una plantas que lo han contaminado todo. Al tocarlas estas irán desapareciendo y dejando tras ellas las esferas luminosas que comentábamos. Una vez limpio tan sólo por tomar manzanas o arrancar plantas también sumaremos esferas para que volvamos cada día a hacer nuestra rutina.

Las interacciones no es algo por lo que destaque el juego.

Recoger recursos, completar los pedidos y obtener las decoraciones o juguetes del día. A medida que progresemos Ember reconocerá ciertos comandos de voz pero de modo contrario a lo que ocurría en Nintendogs, no hay aprendizaje de la mascota. Ese vínculo de crecimiento mutuo no se desarrolla y quizá, sea una de las claves que Stay: Forever Home debería investigar. El mundo virtual no deja de ser algo que ya hemos visto demasiadas veces sin aportar demasiado al entretenimiento de un compañero de viaje y la realidad mixta a penas sirve como un mero pasatiempo cuando estemos cansados de recorrer ese portal a otro mundo.

Los quehaceres junto a Ember son pocos y más allá de aligerar ciertos trabajos rutinarios, en la realidad mixta pasa a ser precisamente un juguete más en una parte que hemos encontrado especialmente torpe en Stay: Forever Home. Puede que ofrezca los problemas habituales de otros juegos pero hacen que el comportamiento de la mascota sea más artificial de lo que nos hubiese gustado y cuando atraviesa ciertos objetos y no podemos interactuar con ella por ese motivo es cuando comenzamos a confirmar que en pocos momentos sentimos que tenemos al ser vivo que nos gustaría junto a nosotros.

Parece un gran valle por explorar pero en realidad es un escenario muy reducido.

Desde luego que el juego de Windup Minds satisfará a muchos jugadores que quieran relajarse y cumplir sus objetivos sin prisas, a su ritmo, pero también es fácil que desilusione al que esperara una mascota virtual más convencional o con mayor énfasis en pasar tiempo con ella. La traducción en español no está muy refinada pero el nivel técnico necesita un repaso por resolución, suavidad y distancia de dibujado en el universo virtual además de unas interacciones con objetos e inventario algo torpes. Al final, en un juego de este estilo, todo esto pasa a un segundo plano si lo que buscamos es pasear junto a Ember y evadirnos de la rutina diaria... en pos de la del juego.

Impresiones tomadas en Meta Quest 3 sobre la versión del juego 1.0.0