Into the Radius: ANÁLISIS PSVR2

Sobreviviendo a lo desconocido

Una extraña ceniza cubrió Pechorsk y de ella surgió una esfera en el cielo donde, bajo ella, se dan sucesos paranormales, apariciones de terroríficas criaturas y otras muchas cosas que descubriremos si somos valientes. Porque como miembros de un escuadrón de la UNPSC somos encomendados a la zona donde se inició todo, en plenas tierras rusas, para investigar lo que allí ocurre. Para hacerlo, Into the Radius propone una auténtica aventura de supervivencia con sus buenas dosis de terror.

No de forma intencionada, o sí, pero su lúgubre atmósfera pondrá los pelos al más pintado (un servidor, por ejemplo). Ese ambiente grisáceo, desolador y abandonado cobra vida por hechos inexplicables y criaturas de sombra que, obviamente, quieren acabar con nosotros. Momento donde entra en juego una experiencia más survival horror de la que nos podíamos imaginar. ¿Sus ingredientes? Sustos y pocas balas. Por esto mismo es importantísimo prepararse para cada misión desde nuestra base de operaciones que por suerte está estupendamente fortificada.

Es aquí donde deberemos pasar gran parte del tiempo. Y decimos esto porque justamente prevenir lo que pueda ocurrir nos llevará su trabajo. Comprar lo necesario en las máquinas habilitadas, equipar la mochila con alimento, medicinas y lo que necesitemos además de coger munición, cargar las armas y por supuesto limpiarlas. Si no lo hacemos estas se estropearán provocando un mal funcionamiento y por ende que nosotros no tengamos un final feliz. Como veis un arduo proceso, metódico y milimétrico, que no todos podrán soportar y que además puede tornarse repetitivo.

Si dijéramos que toda la interactividad que requiere Into the Radius fuera perfecta mentiríamos y quizá haría todo esto mucho más llevadero. Pero recargar las armas o quitar el seguro para disparar requiere coger o tocar los elementos de forma exacta a la par que realista, algo que sin duda puede ocasionar desesperación por parte del algunos. Porque esto se extiende a todo aquello interactivo y a estas alturas de la VR nos gustaría que esa mecanicidad gestual se sintiera mucho más natural. Pero por suerte, hay mucho donde rascar en el universo creado por Creative Mobile.

Las pantallas OLED juegan un papel importante en la ambientación.

Duro y satisfactorio

Into the Radius basa su desarrollo en misiones que aceptamos desde la base. Sean principales o secundarias la libertad de exploración siempre está presente y creednos si decimos que hay mucho terreno por descubrir. Por ello se antoja fundamental el uso del mapa y, aunque suene mal, para cogerlo llevaremos la mano al trasero. No sabemos muy bien donde se guarda pero el caso es que resulta de lo más útil si no queremos vagar de un lado para otro, algo que también puede llevarnos a lugares con armas secretas u objetos valiosos... pero también alargando demasiado las partidas ya que el guardado se hace en el punto de inicio.

Porque una de las claves de Into the Radius es conseguir todo tipo de objetos para canjearlos en la base por dinero y así pasar por la tienda de armas para adquirir nuevas, mejorar las existentes o simplemente comprar víveres y otros recursos. Claro, conocer mundo no es tan fácil pues resulta que hay unas anomalías que además de bloquear el paso disminuyen nuestra vida poco a poco. Por suerte contamos con unos artilugios que al lanzarlos detectan dichas irregularidades permitiendo ser visibles durante unos segundos. Otra cosa más a la saca.

A estas alturas de la VR nos gustaría que esa mecanicidad gestual se sintiera mucho más natural

Porque sí, la mochila es fundamental y en ella, además de en los cintos de tronco y extremidades, guardamos todo lo que gustemos cual cajón de sastre. No hay orden, ya que es un espacio flotante limitado únicamente por el peso de lo que contenga. Gestionar y ordenar su contenido será clave en determinados momentos porque al final lo más fácil es coger algo y meterlo como sea en su interior. Puede abrumar, y así es, pero también es donde reside el intríngulis del título. Un preparación previa a lo desconocido que incluso puede resultar insuficiente en función de lo que ocurra por el camino.

Porque no nos engañemos, Into the Radius es un juego difícil por muchos motivos. La estrategia es fundamental, la exploración no sabemos qué nos aguarda y las sorpresas, junto a los enemigos, pueden acabar con nosotros en un descuido. Pero también es cierto que el juego de Creative Mobile viene de muchos años de aprendizaje previo a su salida y también de un mundo, el del PC, acostumbrado a multitud de configuraciones aptas para todo tipo de jugadores y equipos, algo que ayuda a que su experiencia pueda ser adaptada al gusto de cada uno.

Prepararnos para la misión será costoso por muchos motivos.

Diamante por pulir

Into the Radius quiere hacernos protagonistas del juego permitiendo todo tipo de personalizaciones en control, comodidad e incluso diseño de juego. Si su propuesta se te hace cuesta arriba siempre podemos configurar cómo se comporta el mapa (con más o menos ayuda) e incluso hacer desaparecer de un plumazo los enemigos para que la experiencia de supervivencia sea más llevadera. Es algo que hemos visto en ciertos juegos y sin duda nos parece más que acertado para que todo tipo de jugadores puedan degustar sus mieles.

Por la parte gráfica podemos elegir entre los modos rendimiento o calidad. El primero de ellos funciona fantástico aunque con algo de pop-in y una distancia de dibujado menor. Por contra el segundo garantiza una mejora en dicho aspecto pero mete reproyección al asunto. Técnicamente no es un juego destacable, pero sí más que resultón, por lo que desde ROV recomendamos jugar de forma más fluida en el modo rendimiento ya que las pérdidas en calidad gráfica no son tan altas y se aprovecha del Foveated Rendering para mejorar definición en cualquiera de los casos.

El modo rendimiento garantiza la ausencia de reproyección a costa de una distancia de dibujado y pop-in menor

Hablando de aprovechar las funciones del visor, y aunque no sea especialmente destacable, el uso de los gatillos adaptativos añade un plus jugable a la versión de PSVR2. Las hápticas en el resto del juego son inexistentes o poco remarcables pero lo más interesante sin duda es sentir cada arma al disparar y ahí, al menos, sabe cumplir. Es cierto que un título tan interactivo permitiría una mayor inmersión gracias a la vibración de mandos y visor, pero también que, en parte, se nos olvida con una ambientación que sabe aprovechar las bondades del HDR y las pantallas OLED para crear unos contrastes lumínicos muy bien resueltos. La linterna será nuestra aliada, creednos.

El juego destila cuidado por los cuatro costados y si bien es cierto que muchas cosas podrían perfilarse todavía más, lo importante es recibir una adaptación tan buena del juego originario de PC. Es todavía pronto para hablar de una secuela en plena evolución, pero tras esta primera aventura, estamos deseando echarle el guante lo antes posible porque las bases aquí asentadas no pueden hacer otra cosa que mejorar y crecer. Y recordad que para saber más de su versión original y más detalles de sus posibilidades podéis consultar el análisis que le dedicamos hace unos años aquí mismo.

Las armas hacen uso de los gatillos adaptativos de forma más que correcta.

Conclusión

El solo hecho de recibir Into the Radius en PSVR2 ya es una alegría por sí misma, pero hacerlo con una adaptación de este calibre es para estar dando saltos de alegría. Quizá no sea para todos por sus altos niveles de exigencia pero si gustas de esa mezcolanza de gestión, exploración y supervivencia, estás de enhorabuena. Sus opciones de configuración permiten adaptar el juego a cada persona y sólo las toscas interacciones le alejan de ser un producto mucho más redondo que ha sabido madurar y convertirse en uno de los destacados del sistema.