Guardians Frontline: ANÁLISIS

Tecnificación del combate, el futuro de la guerra

Cambiando drásticamente la temática, el estudio VirtualAge, desarrollador de Gladius, ha pasado de las armaduras de hierro romanas acompañadas de espadas y escudos a un ambiente futurista en el que podremos hacernos poco a poco con el universo. Inspirados en franquicias tan conocidas como lo son Stracraft y Halo, se nos pone en un papel cuya jugabilidad está apoyada en una estética que, por momentos, llega a recordar bastante a estos títulos.

FPS, Tower defense y RTS

Tenemos un todo en uno sobre la mesa, una curiosa combinación que abre las puertas a muchas formas de entretenernos. El juego nos propone una experiencia de disparos en primera persona combinada con la creación y manejo de tropas para, con éstas, inclinarse hacía mecánicas de "defensa de la torre", que en realidad son una o varias bases que los alienígenas atacarán. Aún así, esta combinación tiende a derivar mucho más en un RTS (real time strategy) para algunos niveles, en donde la base no es fija o debemos desplazarnos a lo largo del mapa, haciendo que el apartado de estrategia en tiempo real nos lleve a crear y movilizar tropas para atacar o defender según el objetivo del nivel.

En resumidas cuentas, tenemos a cargo una o varias bases que debemos defender de diversos alienígenas que vienen a destruirlas, unos por tierra, otros por aire, unos pequeños, otros grandes... y algunos serán bestias enormes que lanzan bombas, llamas o incluso rayos. La buena noticia es que no estamos solos; bueno, no del todo, ya que si obtenemos lo suficiente de un mineral carmesí, podremos crear tropas que nos ayudarán a combatir. Aquí es donde se pone interesante la cuestión, pues no bastará con tener buena puntería, ya que sin importar lo bien que manejemos el rifle, terminaremos tragando tierra una y otra vez si no dirigimos bien las tropas.

La variedad de nuestra armada es justa y suficiente. Lo más normal en un principio es armarnos de robots, por su eficiencia y bajo costo, a menos que logremos conseguir más minerales, lo que nos abre las puertas a mechas, drones, lanzadores de proyectiles, etc. Los cuales, por cierto, no vienen desbloqueados de serie, sino que los iremos obteniendo conforme ganemos experiencia que nos suba de nivel.

Para manejar los recursos podemos simplemente esperar a que el contador de minerales suba lentamente mientras nos vemos rodeados de enemigos antes de tener lo suficiente, o poner un extractor en alguno de los tantos cristales que hay por el mapa, con el inconveniente de que las criaturas los atacarán si nos despistamos un momento. La otra forma de recolectar este tipo de moneda es matando enemigos, pues algunos dejan un cristal flotando al morir, y basta con dispararle para añadirlo a la cuenta. Eso sí, hay que permanecer atentos, pues la armada no los recolecta, llevando a que nos mantengamos disparando tanto a enemigos como a cristales, a la vez que estamos pendientes de las tropas en todo momento.

Armamentísticamente poseemos buena variedad, pudiendo equipar hasta 5 armas con un buen arsenal desbloqueable por medio de puntos que se nos dan al jugar partidas. Aquí el juego gana aún mas variedad al proporcionar no solo rifles y lanzacohetes, sino también armas de gravedad, arcos y unas espadas láser fuertemente inspiradas en Halo, entre otras opciones, teniendo a disposición un arsenal apto para distintos de jugador.

¡Hey tu! ¿Aliado o enemigo?

El principal apartado que se nos ofrece es una campaña a lo largo de tres planetas con un total de 14 niveles, que en principio la veía corta hasta que, poco a poco, la dificultad extendió la duración de los mismos junto a la cantidad de veces que debía repetirlos.

La mejor parte es que podemos hacernos un escuadrón en cooperativo de hasta cuatro jugadores para enfrentar los peligros de estos lejanos planetas, o ir más allá y aventurarnos juntos en el modo conquista, pensado para explorar niveles personalizables para ir erradicando del universo a esos bicharracos en cada planeta al que vamos. Y es que, como lees, hay editor de niveles, tan fáciles de crear como armar una maqueta. Con ellos podremos retar a nuestros amigos a jugar en ella, siendo un apartado que extiende enormemente las posibilidades del juego. Aunque, claro está, nos toparemos con algún que otro nivel mal diseñado, o que sea en exceso fácil o difícil.

Por otra parte, si lo que queremos no es apoyarnos codo a codo con nuestros amigos sino ir en su contra, tenemos a disposición un modo VS de hasta ocho jugadores en el cual también podemos crear tropas para ir a la defensiva u ofensiva. Aquí me he sentido similar a jugar las últimas entregas de Halo (conservando las distancias), por la forma de movernos, las armas y estética del juego... Por supuesto, sin lograr suplir la adaptación a VR del jefe maestro, pero trayendo una sensación agradable para los fans de la saga, especialmente si coinciden varios amigos en una misma partida.

Mi experiencia conquistando el cosmos

La estética futurista en que nos vemos inmersos carece de argumento narrativo. No hay historia ni nada que nos explique por qué paseamos entre planetas eliminando bichos alienígenas. Por otra parte la campaña resulta divertida aún sin explicaciones, aunque cada nivel va acompañado de comentarios sobre la misión, los cuales no entenderemos si no dominamos el inglés, pues el juego se encuentra traducido al español únicamente en textos y sin subtítulos para las pocas veces que se nos menciona algo por medio de una robotizada voz en off, siendo perfectamente jugable a pesar de ello, sin dejar de ser una lástima.

Entrados en la campaña, puede que los primeros niveles resulten fáciles incluso en modo difícil, decisión que parecen haber tomado como una especie de extensión del tutorial, dado que conforme avanzamos, los niveles se dificultan gradualmente, al punto de que alguno de los últimos lo tuve que jugar en fácil tras perder una decena de veces en normal. Este incremento de exigencia nos ayuda a entender las mecánicas, que al apostar por tanto resultan notoriamente confusas al principio, entre usar el propulsor, teletransportarse, crear tropas, moverlas, manejar las armas, recargar y... ¡Aaaaaaah! Son tantas cosas que es fácil hacerse un lío, cosa que por supuesto va cambiando hasta otorgarnos una gran sensación de dominio, aunque sin entregarla, toda pues el alejarnos de las tropas las deja a merced del ataque enemigo, lo que en mapas muy grandes puede ser frustrante.

Los primeros niveles son sencillos, con un par de direcciones en que vienen los enemigos y una base que proteger, de modo que en dificultad normal podríamos incluso pasar el primero solo acompañados de nuestro fusil, cosa que cambia rápidamente haciéndonos explorar qué tipo de tropa nos conviene más según su costo, o decidir si dejarlos defendiendo o acompañarnos, e incluso hay misiones de escolta en que el riesgo no es solo perder la base, sino también al "minero", evitando morir nosotros también, por supuesto. Esta progresión me ha resultado divertida, pues incluso siendo en términos generales un juego de oleadas, exige que pensemos bien nuestras acciones.

Si bien constantemente se encuentran presentes algunas mecánicas clásicas de defensa de la torre, en realidad los desarrolladores han buscado darle un giro de tuerca a este asunto, por lo que el juego tiende a cambiar constantemente ese panorama variando los objetivos a lo largo de la campaña, como por ejemplo se nos presentan algunas misiones que conllevan la protección de una base que se va moviendo, lo que implica la imposibilidad de usar bases estáticas, logrando alejarnos así de un "tower defense" para convertirse en un RTS en donde la mayor parte de nuestro arsenal resulta inútil al quedarse atrás constantemente. Por otro lado, el balance de las tropas no es del todo claro, llevando que la salida fácil sea abusar de una o dos opciones en nuestro inventario, pues otras no resultan estratégicas y consumen parte del número de tropas máximo. Como ejemplo breve, el mecha es poderoso y costoso, pero su carácter altamente kamikaze y baja cadencia de fuego lo llegan a hacer una pésima inversión muchas veces, llevándome a descartarlo para llenarlo todo de androides nuevamente.

A nivel de movimiento nos encontramos con que esos grandes mapas se pueden recorrer no solo caminando, sino impulsándonos con un jetpack que hace las veces de propulsor para dar grandes saltos, o si queremos llegar más lejos podemos apuntar a puntos específicos a los cuales teletransportarnos, algo difícil de dominar al comienzo, pero que otorga gran fluidez conforme lo dominamos. Por este lado bien, aunque también es posible conducir el mecha y una nave voladora, que si bien es divertido en primera instancia, la verdad es que poseen una maniobrabilidad muy reducida, llevando a que conducirlos se sienta tosco y poco agradable.

Los niveles varían en duración, partiendo de unos 15 minutos y llegando a los 30 e incluso 40 si el tira y afloje nos mantiene en igualdad de fuerzas con los alienígenas, de forma que los 16 niveles de la campaña varían mucho de duración, podrían ser unas 4 horas o más de 10, además de aquellas que debamos repetir, y eso sin contar a quienes quieran invertir más tiempo en lograr pasar con la mayor dificultad, la cual en caso de superarla nos abre las puertas a poder personalizar cada oleada del nivel. Lo malo es que si queremos dejar un nivel a la mitad no hay forma de hacerlo, cada partida es un vencer, morir o retirarse.

Cada escenario es un aspecto positivo que añade variedad, comenzando por desiertos y tundras heladas hasta luchar en paisajes rocosos que, de no ser por la ausencia del anillo sobre nuestras cabezas, bien podría creer estar en una locación de las primeras entregas de Halo. Y si aquellos que trae el juego base no resultan suficientes, siempre podremos tirar de la creatividad de la gente para jugar en lo creado por la comunidad con el editor de niveles.

Por otra parte, el sistema de colisiones es mejorable, encontrando aspectos como que las balas chocan con la superficie del agua como si esta fuera sólida (problemático cuando un enemigo pasa por allí) o tener la mala suerte de quedar atascados entre objetos o salirnos del mapa accidentalmente, algo que me sucedió más de una vez, ya que la libertad de movimiento que se nos otorga es muy grande, llevando a que estos sucesos puedan suceder si pisamos en el lugar incorrecto. También tiende a suceder que sujetemos algún arma mal, con las manos cruzadas, o agarrar el cargador en lugar del mango, algo que probablemente solucionen en futuros parches, pues en una actualización un arma ya cambió de forma para evitar esto último.

Hasta aquí puede que para algunos el juego suene simplemente divertido sin ser muy destacable, y es que esa fue mi impresión inicial... por lo menos hasta que encontré con quien jugar. Si bien hay muchos jugadores activos y el ponerse a jugar con la partida abierta da lugar a que probablemente llegue alguien pasado el tiempo, la verdad es que este juego brilla con amigos, allí fue donde la experiencia de juego cambió totalmente con una estrategia discutida entre ambos, cada uno con sus tropas y designando labores o cubriéndose las espaldas. Mi percepción es de que este juego fue hecho para el multijugador cooperativo, lo demás, aunque divertido, resultaría un segundo plano complementario.

Además, el sistema de mejora de inventario por medio de experiencia obtenida da lugar a que poco a poco nos sintamos más empoderados en la partida, con armas más potentes o mejoras permanentes por medio de una sección de "investigación", en la cual como aspecto negativo es muy difícil conseguir los puntos para investigar, incluso habiendo jugado una gran cantidad de partidas solo llegué a obtener 207 puntos de investigación, y teniendo en cuenta que las más básicas valen 100 y las que le siguen 250, me llevan a afirmar que está mal balanceado.

Conclusión

Nos encontramos con una propuesta quizá un poco ambiciosa dada la combinación de estilos y modos de juego, aún con falta de pulido en algunas mecánicas, y sin embargo resulta bastante divertida si te gusta el manejo de tropas y el disparar frenéticamente casi sin descanso en las mayores dificultades. El núcleo del juego es algo que no encontraremos fácilmente en otros títulos, con la desventaja de que el balance de tropas no es muy claro (sin dejar de destacar como RTS), razón por la cual no le pongo una mayor valoración. Pero como multijugador, tiene tantas posibilidades que compensa muy bien las carencias del gameplay, destacando especialmente si juegas con amigos y creas una estrategia juntos. Así que la decisión de armar un equipo y salir a dominar el cosmos la dejo en tus manos, guardián.

El juego ha sido analizado con Quest 2.

Podemos verlo en acción en este gameplay comentado: