Jugamos a Undead Arena en Zero Latency Bilbao

17 JUN 2021  14:45

ray_manta

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Jugamos a Undead Arena en Zero Latency Bilbao

Undead Arena es el último juego que ha llegado a los centros Zero Latency, fuimos al local inaugurado el pasado mes de diciembre en el Centro Comercial Megapark de Barakaldo y hemos sobrevivido para contaros la experiencia.

Todo por la audiencia

El centro Zero Latency Bilbao es el quinto que la multinacional australiana ha abierto en España, tras los de Madrid, Barcelona,Terrassa y Zaragoza. Hay también un local en Andorra y pronto otro en Málaga. El de Bilbao/Barakaldo fue inaugurado el pasado 15 de diciembre, pero no ha sido hasta este mes de junio cuando un intrépido pelotón de ocho rovianos ha podido visitarlo para probar el último título que han incorporado a su catálogo de juegos VR, Undead Arena. También luchamos contra las máquinas rebeldes de Singularity y nos quedamos con las ganas de probar Far Cry VR: Dive Into Insanity, la aventura de Ubisoft que se estrenará el próximo 1 de julio, pero que ya tienen en el local.

 

Visto así no parece muy emocionante, pero lo es y mucho.

LLegada al infierno

Exterior día, 11.45 am, 30 grados a la sombra y eso que todavía es primavera en el Norte. Tras un largo viaje desde la capital de Reyno de Navarra, la mitad del escuadrón se adentra en las tripas de un centro comercial casi post-apocalíptico: vacío, silencioso, sin vida. Tras activar los generadores de emergencia, accedemos a la primera planta en ascensor con cierto nerviosismo, pues nada sabemos de la otra mitad del equipo desde el día anterior, habitantes de esta zona y que son conocedores de la extraña lengua que se habla en la zona.

 

Las puertas se abren y nos asomamos con cuidado, ya que vamos desarmados. Afortunadamente, los otros cuatro miembros seleccionados para esta misión están ya allí. No hay tiempo que perder, así que tras unos breves saludos y comprobar que todos llevamos nuestras mascarillas, procedemos a desinfectarnos usando el gel hidroalcohólico reglamentario y a inscribirnos en el sagrado libro electrónico que confirma que sí, que nos están esperando. Todo en orden.

 

El Game Master, nuestro guía, nos acompaña a la sala de armas para equiparnos para la batalla. Impresiona la exhibición de pistolones colgados en la pared y las mochilas con aspecto de chaleco anti-balas que contienen los ordenadores HP que van a alimentar los visores Reverb G1 que llevaremos.

 

Nos explica cómo colocarnos el equipo, el funcionamiento del fusil y a qué nos vamos a enfrentar en las dos experiencias que vamos a vivir: la veterana Singularity y la recién estrenada Undead Arena. Todo resulta muy intuitivo, y no supone ninguna dificultad. Aunque no se haya jugado nunca a un videojuego más allá del Tetris o Candy Crush, disfrutar de la VR en Zero Latency es muy fácil, tan solo hay que seguir unas explicaciones breves, sencillas de entender, y dejar que surja nuestro guerrero interior.

 

Una experiencia espacial singular

Al ser para todos nuestra primera vez en un local VR arcade, nos recomiendan empezar con una sesión de juego de Singularity, una aventura ambientada en una nave espacial en la que tenemos que enfrentarnos robots y otras máquinas rebeldes. Fue de las primeras experiencias en llegar a Zero Latency y para ocho jugadores no supone un gran reto, así que es ideal para novatos, sin embargo hay momentos de acción intensa hacia el final. Lo mejor es el tener que desplazarse físicamente por varios ambientes: pasillos, plataformas móviles, estrechos puentes, etc. Como punto negativo, visualmente se nota que es un juego de 2017, especialmente en el diseño de nuestros avatares, y que las voces están en inglés (aunque si no sabemos qué hacer nos darán instrucciones en castellano a través de nuestros auriculares).

 

Muerte en Directo

Superada esta primera prueba, y sin un segundo de descanso, pasamos de estar en una nave espacial al plató de televisión. Vamos a protagonizar un reality show televisivo, Undead Arena, donde para divertir a la degenerada sociedad de un mundo infestado de zombis tendremos que sobrevivir, luchando en equipo, a varias oleadas de no muertos.

 

Visualmente el título impresiona más, aunque los escenarios son menos variados que en el caso anterior. Ver a tus amigos convertidos en auténticos guerreros es flipante. Todo se ve muy nítido, la sensación de inmersión es mayor, el juego es mucho más trepidante e intenso pese a que apenas nos exija desplazarnos. Podemos situarnos cada miembro del equipo en una zona y quedarnos allí quietos, salvo que algún compañero necesite nuestra ayuda.

 

Puntuación global del equipo en Undead Arena.

 

Los zombis son veloces, esto no va de sustos sino de acción pura y dura. Para acabar con ellos tenemos 3 armas y la posibilidad de activar trampas (disparando a unas dianas de color verde) o hacer estallar barriles explosivos. El fusil dispara una ráfaga continua de balas, la escopeta de cañones recortados es brutal en las distancias cortas y necesita ser amartillada, lo que proporciona una satisfacción extra. La ballesta es para largas distancias y funciona como se espera. Munición infinita, aunque entre carga y carga automática pasen unos segundos llenos de tensión si tenemos enemigos cercándonos. Escucharemos gritos de ánimo del público o el presentador de la gala, esta vez en español. Punto positivo.

 

El juego se desarrolla a tres alturas, en tres pisos, y los muertos vivientes atacan por oleadas desde varios lugares. Algunos llevan cascos o protecciones que los hace más duros de eliminar y se abalanzan hacia nosotros a veces saltando desde posiciones elevadas. Si los miembros del equipo se colocan estratégicamente dos en cada esquina y coordinan la defensa el uno del otro, sobrevivir no es difícil, pero también se trata de obtener la mejor puntuación. 

 

Si morimos nuestra arma se volverá de color blanco y tardaremos unos segundos en "resucitar", tiempo que podemos emplear en situarnos en una zona más segura del escenario, lejos de la horda que nos habrá asesinado. Los combates son bastante intensos y hay que ser hábil en el uso de las armas, cambiando de una a otra, asegurándonos de tener siempre el cargador lleno. No es necesario moverse mucho por el escenario, pero hay unas rampas móviles que funciona como ascensores por si queremos cambiar de posición o acudir en socorro de un compañero.

 

Gotas de sudor en el mundo real, chorros de sangre salpicaban nuestros rostros en el virtual

Dos juegos, ocho sonrisas

Singularity es una experiencia divertida, pero no invita a ser rejugada. Sin embargo Undead Arena sí, aunque enfrentarse a zombis durante 15 o 30 minutos sea satisfactorio, al acabar y ver nuestras puntuaciones, las de los miembros de nuestro equipo y las de jugadores que nos precedieron, comienza el pique sobre quién ha acertado más disparos en la cabeza, quien ha muerto menos veces, etc. Como en las máquinas recreativas de los arcades, dan ganas de echar otra moneda y comenzar otra partida. Nosotros no lo pudimos hacer, porque tras agotar nuestra reserva de una hora las siguientes ya estaban reservadas, señal de que el local está funcionando bien, pese al Covid y a que el día invitaba más a ir a la playa.

 

Diversión garantizada y segura

Con respecto a las medidas tomadas en Zero Latency frente a la pandemia la sensación que tuvimos en todo momento es que estábamos en un ambiente seguro. Gel para las manos, limpieza del local, ventilación, desinfección de los equipos, toma de temperatura, etc. El uso de la mascarilla es obligatoria, y según el modelo puede provocar que se empañen las lentes del visor. En caso de que nos ocurra, y teniendo en cuenta que siempre vamos a estar a 2 metros de un compañero (si te acercas más salta una alarma), basta con levantar un poco un lateral de la mascarilla un segundo para evitar el problema. En el caso de nuestro equipo de 8 personas, no sufrimos ese inconveniente.

 

No hay fuego amigo, disparad sin miedo a todo lo que se mueva.

Conclusión

Juegos divertidos, sala principal de 150 metros por la que se puede corretear sin chocarse, disfrutar de la PC VR sin cables, local nuevo situado en la zona comercial más importante de las afueras de Bilbao y personal más que amable. El gran inconveniente de este tipo de experiencias es su precio. Cuesta lo que vale sin duda, la VR no es barata, unos 30 € por persona por 30 minutos de juego (que se convierte en una hora sumándole las explicaciones, equipamiento, etc). Hay ofertas, y como siempre hay que reservar. Al acabar la sesión te sellan una tarjeta: si juegas 3 partidas, la cuarta será gratis. Al día siguiente de la partida, envían un email con la tabla de clasificación individual y de tu equipo.

 

¿Se puede pedir algo más? Pues no, pero si te dicen que ya tienen Far Cry VR pues uno hace todo lo posible por echarle un vistazo. No fue posible, pero los encargados del local que sí lo han probado nos aseguraron que la propuesta de Ubisoft es bastante diferente a las que hay ahora. Gracias a que su escenario se desarrolla en el exterior, nos comentaron, la sensación de inmersión y de profundidad conseguida es enorme. Adiós a pasillos estrechos, robots asesinos, zombis y oscuridad. Bienvenidos, a partir del 1 de julio, a la luminosa Isla de Rook, un paraíso tropical de pesadilla.