NextMind: ANÁLISIS

1 JUN 2021  13:00

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NextMind: ANÁLISIS

Interacción mente humana <-> objeto virtual. Llega a Real o Virtual el hombre aumentado de Kurzweil.

Las fronteras de la mente

Desde las brujas de Salem hasta los jedis midiclorianos pasando por los devaneos nocturnos de Iker Jiménez, controlar con la mente los objetos que yacen a nuestro alrededor ha ocupado siempre un lugar importante en la imaginación humana. Unido a ese mantra popular -tan surrealista como arraigado- de que el hombre/mujer solo utiliza un 10% de su capacidad cerebral y que Superman/Superwoman se esconde en el 90% restante, hace que si mañana por la mañana un tipo con telekinesis apareciera andando por la calle, nadie se sorprendería. Es lo que tiene la literatura y el cine de ciencia ficción: vivimos asumiendo la distopía que nos venden como posible cuando en realidad, algo así solo podría existir en la fantasía. Sin embargo, entre lo que imaginamos y lo que la ciencia puede hacer, hay muchísimas aplicaciones intermedias.

 

Este no es el visor virtual que estás buscando.

 

NextMind es una de las primeras propuestas que pretenden convertir nuestro cerebro humano en algo digno de un superhéroe. Activar objetos virtuales con la mente: a distancia, sin contactos y solo con el pensamiento. Gracias a la evolución de los sensores EEG (Electroencefalografía) y al conocimiento profundo de las interacciones y respuestas cerebrales a eventos externos, de un tiempo a esta parte se viene produciendo una revolución en un sector antes exclusivo de laboratorios. Como en cualquier tecnología posible, el viaje comienza de manera teórica dentro de la universidad (1º). Una vez validado por doctores y estudiantes de post-grado, salta al universo empresarial donde se aplican y extienden sus casos de uso muy específicos (2º). A partir de ahí, según avanza la miniaturización de los componentes y la rebaja en el precio de cada eslabón, llegarían los primeros modelos de consumo a caballo entre el uso industrial y los posibles usos generales (3º). Por último, la tecnología se habría asentado en el mundo del común de los mortales y se convertiría en un estándar de facto (4º). NextMind se encuentra a las puertas del tercer estado, buscando aún un nicho determinado de usos.

 

EEG Y LAS LECTURAS CEREBRALES

 

El cerebro es, sin ninguna duda, la última frontera del ser humano. Nuestra Fosa de las Marianas cuyo fondo serían las profundidades de nuestra propia alma. ¿Qué le ocurre al cerebro cuando pensamos? ¿Y cuándo sentimos? ¿Qué relación existe entre pensamiento y las respuestas de nuestras neuronas? ¿cómo medimos lo que nos ocurre ahí adentro? El estudio de la masa gris que nos permite comportarnos como humanos es y será el foco de las técnicas más modernas que vienen.

 

Los módulos EEG permiten captar la electricidad de diversas zonas del cerebro. Analizando la comparativa de intensidad entre los diferentes puntos podrá determinar ciertas respuestas a estímulos concretos.

 

Elon Musk, por ejemplo, canaliza millones de dólares en la búsqueda de NeuraLink, un enlace directo entre interface y pensamiento a base de sensores intracutáneos. Otros proyectos menos invasivos, como el caso de la iniciativa de código abierto OpenBCI, proponen el uso de sensores EEG repartidos por el cráneo. Tanto NeuraLink como OpenBCI basan su funcionamiento comparando dos señales (o más) captadas desde dos puntos diferentes de nuestro cerebro.

 

A la izquierda, Gertrude, la primera cerdita biónica con un implante de Neuralink. A la derecha, OpenBCI, la ciencia neuronal de código abierto y abierta a cualquier usuario

 

NextMind apuesta por otro formato diferente al resto de propuestas. El córtex visual, situado en la zona trasera del cerebro, recibe las señales que emite el sistema nervioso acoplado a nuestros ojos. Lo que vemos se traduce en electricidad y es el córtex visual quién configura la imagen final.

 

 

¿Qué fue antes, el órgano conocido como ojo o el sistema nervioso que configura la imagen que capta el ojo en nuestra mente? Como dicen los especialistas, el mundo no es lo que vemos, sino el resultado del proceso mental de aquello que nuestros ojos captan, procesado después por el córtex antes de crear la idea final más abstracta. ¿Cuánta realidad se filtra en ese proceso, cuanta realidad se pierde por el camino y cuánta es 100% real?

 

 

El truco, la magia, o la ciencia detrás de NextMind, consiste en un trabajo que registra mediante sensores EEG la frecuencia que emite nuestro córtex en base a las frecuencias de parpadeo que captan nuestros ojos. Al contrario de lo que algunos podrían pensar, NextMind -y todo el resto de equipos electroencefalógrafos por muchos millones de dólares que inviertas- no puede crear una imagen digital de aquello que ven tus ojos. Por mucho que veas -o pienses- en un cuadrado, ningún equipo neuronal actual es capaz de mostrar en un monitor ese cuadrado. Es demasiado abstracto. Demasiadas variables escondidas en nuestro cerebro. De conseguirlo (cuando sea en el futuro), habríamos creado una antena de pensamientos y seguramente, el mundo cambiará tal y cómo lo conocemos.

 

 

Hasta entonces, NextMind necesita -sí o sí- que fijes tu mirada en un objeto durante unos segundos mientras la textura de este objeto parpadea a una determinada frecuencia. Ese parpadeo (medida en hercios), provoca a su vez una respuesta en frecuencia de tu córtex que los EEG son capaces de captar y procesar de manera única. A diferentes frecuencias de parpadeo, diferentes frecuencias de respuesta en tu córtex y así sabe qué objeto único estás mirando.

 

 

 

En las imágenes de arriba podemos comprobar los estudios realizados para determinar qué tipos de respuesta en frecuencia causan ciertos estímulos. NextMind se vale de esta técnica para determinar el objeto al que se está mirando en base a unas texturas que parpadean programadas con antelación.

 

USO Y CONFIGURACIÓN

Especificaciones:

Dimensiones: 135 x 66 x 55mm

Peso: 60 gramos

Tamaño de cabeza: 54 cm a 62 cm

Localización: Puede ser acoplado a un visor AR/XR ó alrededor de la cabeza directamente.

Número de conexiones EEG: 9 electródos

Batería: Polímero de líteo (3.7 V 240 mAh)

Conectividad: Puerto USB-C (5V) y Bluetooth LE support (4.0)

 

La pinza permite colocar la unidad NextMind en cualquier visor virtual o aumentado.

 

Los diferentes EGG tienen que estar en contacto permanente con tu piel para poder captar las variaciones de intensidad de la manera más correcta posible.

 

 

Una vez tenemos colocado el dispositivo en la posición correcta (en la base trasera del cráneo), NextMind comenzará el proceso de calibración y ofrecer un valor de fiabilidad. Si este valor resulta pequeño, el sistema no podrá funcionar de manera correcta y nos pedirá que volvamos a recolocar el dispositivo para mejorar las lecturas.

 

 

Cuando el sistema sea capaz de medir con cierta fiabilidad las señales, podemos empezar con la prueba final de respuesta en frecuencia. Cada una de las tres texturas parpadea en una frecuencia en particular, que a su vez generará una respuesta diferente en nuestro córtex visual y será capturada por las EEG. Tan solo fijando la mirada en cada una, el sistema será capaz de entender dónde estás mirando.

 

 

Si el sistema funciona tal y cómo está previsto, es el momento de crear interacciones basadas en frecuencias. El SDK (Software Development Kit) que aporta la empresa permite añadir en Unity estas texturas diferentes a cualquier material que después podrás asignar a cualquier objeto. Estos assets especiales se llaman NeuroTags y la recomendación es mantenerlos apartados lo suficiente para que el córtex pueda procesarlos sin interferencias.

 

 

Para cualquier usuario (o YouTuber / periodista no especializado) que no tiene la capacidad -a priori- de crear una escena en Unity repleta de NeuroTags, NextMind ofrece un paquete de demos compiladas para intentar ilustrar de manera muy fácil el posible uso de esta tecnología.

 

 

También ofrece una demo VR. El usuario deberá mirar fijamente a los cerebros de unos aliens (cada uno con un NeuroTag diferente) para hacerles explotar el cerebro en un ejemplo que se nos antoja algo irónico ;)

 

 

CONCLUSIÓN

Como hemos dicho, NextMind es el primer gadget de su especie en llegar al mercado masivo. Primero a los desarrolladores para que validen su uso concreto, luego al público general. Siendo aún una técnica incipiente, no está dejada de límites. O más bien, se encuentra muy dentro de la ciencia contemporánea y muy alejada de lo que cualquier usuario normal piensa de estos cacharros que ha visto en películas mil veces.

 

La técnica neuronal está aún en desarrollo. El proceso de medir la respuesta de nuestro córtex es tan complicada como lenta. Desde que miras un objeto que parpadea hasta que el sensor EEG es capaz de medir y discriminar la frecuencia, toma unos dos segundos. Esta latencia limita las aplicaciones a interacciones que no demanden respuesta en tiempo real, tales como ayudas a personas con capacidad de movimiento limitado o similares.

 

 

Nextmind compite directamente con el seguimiento de pupila. Ambas llegan a la misma conclusión: generar una respuesta (interacción) al fijar un objeto en tu mirada. Si bien el tracking de pupila lleva unos años de desarrollo y evolución y casi lo tenemos a punto de llegar a visores de consumo, la tecnología de NextMind se nos antoja accesible en un plazo algo más largo.

 

Es innegable que la ciencia neuronal traerá aplicaciones insospechadas. El conocimiento de la mente y la capacidad para discriminar sus reacciones ante estímulos externos -o internos- suministra un catálogo de interacciones inimaginables a día de hoy. Desde conocer la posición de cada músculo sin necesidad de emplear sensores externos (NeuraLink) hasta la concreción de lo abstracto (pensamientos, imaginación, etc...). NextMind es el primer intento de trasladar al público general -de manera sencilla- una técnica que hace solo unos años suponía la inversión de miles de euros y una respuesta mucho menos fiable. Aún nos queda mucho por convertirnos en superhombres/supermujeres, pero con apuestas de este estilo, cada día estamos más cerca de convertirnos en ese humano aumentado que tantos años lleva profetizando KurzweilSe empieza moviendo objetos virtuales con la mente y terminamos venciendo a la muerte real.

 

El proceso, rovianos, es imparable.

 

Podemos ver NextMind en acción en este capítulo de La Hora Virtual donde lo usamos en directo: