Eleven Table Tennis: ANÁLISIS

13 MAR 2020  15:00

marianoman

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Eleven Table Tennis: ANÁLISIS

Tanto si te gusta el tenis de mesa como si simplemente quieres pasar un buen momento de ocio, For Fun Labs nos acerca esta atractiva propuesta que, sobre una pequeña mesa, nos puede hacer sudar a lo grande. Disponible para Rift, SteamVR y Quest.

Este vertiginoso deporte probará nuestra destreza virtual

A diferencia y en relación con muchos otros deportes de paleta, la ventaja del tenis de mesa es que la superficie de juego es pequeña (una longitud de 2,74m y una anchura de 1,52m) y los elementos muy accesibles económicamente hablando. Éstas características han ayudado a popularizar y llevar a las masas este "sencillo" pero no menos divertido y adictivo juego, que incluso ha llegado a ser considerado deporte olímpico. ¿Quién, en algún cumpleaños, fiesta o quedada con amigos no ha tenido la oportunidad de disfrutar o compartir algún juego de tenis de mesa, popularmente conocido como Ping-Pong?

 

Debido a esta gran popularidad y sencillez, como no podía ser de otra manera, la compañía Atari presentó su primera versión digital de este tradicional juego el 29 de noviembre del año 1972 con el nombre de Pong. El juego tuvo una gran acogida por el público, y durante los sucesivos años se realizaron copias con diferentes nombres y variantes.

 

Siguiendo la línea de tiempo y con las mejoras técnicas obvias por el paso de aquél, el 20 de junio de 2016, For Fun Labs, formada por tres personas (Hamzeh Alsalhi, Roman Rekhler y Oscar Vazquez) y haciendo uso de nuestra querida RV, pone por primera vez a disposición el juego en modo beta, para luego llegado el 27 de febrero de 2020 presentar la versión final (la de Quest) que hoy nos toca analizar.

 

Empuñemos nuestra pala, hagamos el saque… y veamos qué sale de todo esto.

 

 

Para hacernos con Eleven Table Tennis deberemos abonar la suma de 19,99€ y disponer para la descarga de 799 Mb de espacio en nuestro Quest. Destacar que el juego es cross-buy entre visores Oculus, por lo que si tienes un Rift o conectas las Quest con Link al ordenador, también podrás descargarlo y jugarlo sin coste extra.

Calzando el juego como un guante

Ni bien iniciamos por primera vez el juego se nos presentaron las primeras opciones de personalización, que más adelante pueden ser modificadas si es necesario. Entre ellas tendremos algunas como elección de mano dominante, nombre y avatar a mostrar en las salas multijugador, selección de altura y color de la mesa, aspecto de la pelota, ajustes para nuestra pala, habilitación de la respuesta háptica, controles de sonido y demás. Todo un acierto por la cantidad de opciones de personalización otorgadas por este título.

Realicemos nuestro primer servicio

Dispondremos de práctica libre, modo individual, multijugador y minijuegos. Comenzando por el apartado individual, podemos comentar se reducirá a realizar un partido contra un oponente de IA en el que previamente podremos seleccionar el tipo de dificultad, teniendo a nuestra elección 5 niveles que irán desde "Fácil" hasta "Legendario". Será a partir del nivel "Medio" donde deberemos sacar a relucir más nuestros reflejos. Desde este mismo modo se puede saltar directamente a los partidos para practicar o mientras jugamos, esperar una invitación en línea e ir directamente a ella.

 

Lamentablemente encontramos que no se incluye en el modo individual una partida de tipo torneo, por lo que estaremos limitados a jugar partidos únicos contra la CPU. Echamos de menos en este modo algún torneo que hiciese aumentar automáticamente el grado de dificultad a medida que avancemos en el mismo, y por consiguiente pasando a oponentes más exigentes.

 

 

Es más que probable que en los juegos deportivos estés más interesado en el soporte multijugador, ya que es aquí donde generalmente se hacen más divertidos y heterogéneos, y Eleven Table Tennis no es la excepción a la regla. Dispondremos de una sala general donde se encontrarán los usuarios conectados e identificados por un ranking de juegos ganados y perdidos, y podremos realizar o recibir solicitudes para realizar un partido online con cualquiera de ellos.

 

A modo de personalización del multijugador, también podremos crear salas privadas y agregar a nuestros amigos para tenerlos siempre a mano. Si bien este modo es el que encontramos más divertido, tiene mucha dependencia del lag o retardo de la conexión a internet. En nuestra experiencia no hubo cortes en el juego, pero hay que destacar que si el ping llega a los tres dígitos todo se volverá más lento, inversamente proporcional a este, y se perderá el ritmo vertiginoso que caracteriza a este deporte. Podemos decir entonces que, para obtener una experiencia más fluida y los mejores resultados, deberás enfrentarte a jugadores más cercanos a ti, lo que dará como resultado una jugabilidad y una transcripción mucho más fiel a la experiencia real.

 

Completando la experiencia, encontraremos un modo de mini-juegos en los que tendremos que cumplir ciertas metas establecidas, como golpear la pelota en el servicio y hacer que pegue sobre cierta parte de la mesa, encestar determinada cantidad bolas dentro de vasos de plástico en un determinado tiempo, etc.

 

La simulación

Para Eleven Table Tennis, el realismo y la autenticidad son el corazón de la experiencia. ¿Conoces esa sensación frustrante que obtienes al levantar una pala por primera vez y enviar una pelota volando cuando crees que le diste el golpe perfecto? Pues este juego te hará sentir lo mismo virtualmente.

Requeriremos de un control preciso y, si no somos demasiado asiduos a esta actividad, nos llevará unas cuantas horas comenzar a tomar el control de la situación. Debido a esta fidelidad, muchas veces podremos concentrarnos tanto en un partido que realmente olvidaremos que nos encontramos dentro de un entorno virtual, realizando golpes con efecto, acelerando la pelota o cortando y desacelerando un envío rápido del contrincante.

 

La leve sacudida de la vibración del controlador es un sustituto háptico bastante convincente para traducir la sensación de golpear una pelota con una pala de ping-pong, y además el peso de nuestro controlador se asemeja bastante al peso de una paleta real. Si a esto le añadimos el seguimiento inside-out y la libertad de no estar atados a ningún tipo de cable haciendo uso de nuestras Oculus Quest, obtendremos una de las experiencias más inmersivas que puedes llegar tener en un visor VR.

 

Los controles funcionan con total naturalidad y el tracking es perfecto en todo momento, siendo así que no hay saltos, vibraciones o movimientos raros de nuestros mandos. Es lo más parecido a lo real que podrías esperar, por lo que en muchas ocasiones deberás aprender a luchar contra la frustración.

En la ambientación por tanto habrá un puñado de entornos realistas (no fotorrealistas) para completar el conjunto, y se necesitará tanto espacio real como se utilice en el virtual para ejecutar nuestros movimientos. Por supuesto, si quieres una experiencia brutal y aspirar a subir en el ranking, olvídate de jugar sentado.

 

 

En general no hay dudas de que For Fun Games nos ofrece un juego de tenis de mesa auténtico y exigente. Y ese es un punto pertinente, ya que si crees que será una experiencia fácil, a largo plazo encontrarás una interpretación más profunda y más satisfactoria del deporte.

 

Por suerte, el juego se encuentra traducido a nuestro idioma, y si bien la traducción dista de ser perfecta, es correcta y nos permite movernos por los menús con facilidad. Considerando que el juego se asemeja o pretende ser un simulador, no hay un apartado dentro del mismo (al menos nosotros no los hemos encontrado) con un reglamento que explique con detalles las características y reglas del deporte.

 

En el apartado de audio, llega a ser casi excelente refiriéndonos a los efectos de sonido, aunque podemos decir que se echan en falta algunos temas musicales para poder seleccionar de fondo para nuestro acompañamiento, o mejor aún, la posibilidad de utilizar algún listado música personalizada.

Gráficamente el juego luce bien pero no llega a destacar. Quizás se deba al enfoque de mayor recursos para el calculo de físicas y así generar que nuestra experiencia sea mas fluida. Aún así creemos que esto se podría llegar a mejorar algo mas.

CONCLUSIÓN

Así es como se siente el tenis de mesa real. Es el juego perfecto para la realidad virtual debido a la inmersión que nos genera. Si tienes suficiente espacio, es un juego perfecto y que va como anillo al dedo para Oculus Quest. La pala es similar en peso al controlador, y esa pequeña respuesta háptica cuando la pelota golpea lo hace muy real. Pero lo más importante, la física te lleva al juego y te olvidas de todo. Cuando llegas a un nivel extremo, las cosas que puedes hacer son esencialmente las de la vida misma.

 

El juego ha sido analizado en su versión de Oculus Quest.

+ La simulación

+ Sensación de inmersión

+ Respuesta háptica de los controladores

+ La libertad de no estar atados

+ Física general

- Falta de torneo en modo individual

- Falta de más habitaciones o entornos

- Variedad de música de fondo

- Pulido gráfico

7,5 "Muy bueno"

Eleven Table Tennis (Quest)

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