Probamos el guante háptico Gloveone

15 JUN 2015  16:26

Juanlo

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Vibración

Otra demo puso ante nosotros una hoguera, y podíamos acercar nuestras manos a la misma y sentir cambios en la vibración a medida que acercamos o alejamos la mano. Aquí nos ocurrió algo muy curioso, y es que tuvimos la sensación de que los actuadores del guante se habían calentado con la vibración, pero no era así, y nos explicaron que nuestra mente es capaz de creer que había calor en la hoguera virtual, lo que nos dejó completamente de piedra. Habríamos jurado que en realidad el guante estaba caliente y no era así.

 

Fuego en Gloveone

 

Con la demo del bambú se supone que podemos sentir la forma de los tubos mientras pasamos la mano por encima, aunque aquí no llegamos a percibir su forma. Nos dio la sensación de que las demos que mejor funcionan, las que realmente confunden a nuestro sentido del tacto, son las que realizan pequeños efectos puntuales en nuestra mano y nuestros dedos. Las demos en las que tocamos los contornos de una superficie grande resultan algo menos convincentes y es más fácil darse cuenta de que el efecto es en realidad una vibración que un contacto real. Por hacer una analogía que seguro que muchos entenderéis a la primera, es similar al efecto screendoor en los visores de realidad virtual: aunque tengamos una resolución magnífica, si hacemos el esfuerzo de buscar la cortinilla, la vemos, pero si nos dejamos llevar por la experiencia, es cuando aparece la magia.

 

Textura del bambú con Gloveone

 

Con Gloveone ocurre exactamente lo mismo: si nos centramos en decirle a nuestra mente que lo que notamos es una vibración en los dedos, percibiremos una vibración en los dedos, pero si nos limitamos a sentir la experiencia y nos dejamos llevar, el efecto puede llegar a resultar lo bastante convincente como para hacer ese clic en nuestra mente y sentir algo parecido a un toque. Como hemos comentado antes, la sensación nos resultó mucho más creíble en las demos con pequeños toques sutiles que en las que acariciamos una superficie, y esperamos que en NeuroDigital sigan trabajando para perfeccionar aún más el sistema.

 

El funcionamiento correcto del posicionamiento absoluto es vital para que el efecto resulte creíble, y hemos de decir que tanto LeapMotion como las cámaras RealSense no funcionaban de forma consistente, algo que sufrimos en todas las demos: nuestra mano virtual desaparecía, se movía sola y en muchas ocasiones nos costaba mucho llegar a “tocar” los objetos por este motivo. Son problemas que deberían resolverse con hardware y drivers finales en el caso de RealSense, que por ahora sigue siendo un prototipo, aunque también es posible que las condiciones de luz no fuesen las idóneas.